
Una jueza federal en Boston suspendió temporalmente la última proclamación del presidente Donald Trump que prohibía la entrada de estudiantes internacionales a Estados Unidos para asistir a la Universidad de Harvard.
La medida, emitida por la Casa Blanca el miércoles, fue impugnada al día siguiente por la universidad, que calificó la orden como una “represalia ilegal” en respuesta a la negativa de la institución a acatar demandas de la administración. En su recurso judicial, Harvard alegó que el mandatario intentaba evadir una decisión previa del tribunal que ya había bloqueado una acción similar.
Horas después, la jueza Allison Burroughs otorgó una orden de restricción temporal, al considerar que la universidad podría sufrir un “daño inmediato e irreparable” si la proclamación se aplicaba antes de que se discutiera el fondo del caso.
La nueva orden ejecutiva de Trump invocaba una base legal distinta a la utilizada en intentos previos para limitar el acceso de estudiantes internacionales. El mes pasado, el Departamento de Seguridad Nacional revocó la certificación de Harvard para acoger a alumnos con visas F-1 y J-1, medida que también fue suspendida por la jueza Burroughs.
De entrar en vigor, la proclamación impediría la entrada de miles de estudiantes internacionales al campus de Cambridge, Massachusetts, justo cuando se preparan los semestres de verano y otoño. Según datos de la universidad, más de 7,000 estudiantes con visas activas y sus dependientes se verían afectados.
“El gobierno ha convertido a nuestros estudiantes extranjeros en peones de una campaña de represalias”, sostuvo la institución en un documento judicial.
El presidente interino de Harvard, Alan Garber, aseguró que se están elaborando planes alternativos para garantizar la continuidad académica de los estudiantes y profesores visitantes. “Formamos parte de una comunidad verdaderamente global. Sabemos que los beneficios de reunir a personas talentosas de todo el mundo son únicos e irremplazables”, afirmó Garber en una carta al campus.
Actualmente, los estudiantes internacionales representan el 26 % del alumnado de Harvard, un crecimiento significativo desde el 11 % registrado hace tres décadas.
El conflicto se enmarca en un contexto más amplio de tensiones entre la Casa Blanca y las universidades de élite del país. La administración Trump ha amenazado con retener fondos federales a instituciones como Harvard que han desafiado sus políticas en temas como las protestas estudiantiles, la libertad académica, las políticas de admisión y las contrataciones.
Aunque Harvard posee una dotación de 53 mil millones de dólares, lo que le otorga cierta independencia financiera, sus autoridades reconocen que la exclusión de estudiantes y académicos extranjeros pondría en riesgo la investigación, la diversidad y el prestigio internacional de la universidad.