El operativo realizado el pasado domingo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el área de Barrio Obrero, en Santurce, Puerto Rico, dejó un ambiente de miedo e incertidumbre en la comunidad dominicana. Fermín Díaz, uno de los detenidos durante la redada, fue liberado luego de que las autoridades comprobaran que contaba con la debida autorización de residencia, un dato que había intentado explicar a los agentes al momento de su arresto, pero que no le permitieron corroborar en el acto.
“Para mí, eso fue un maltrato”, expresó Díaz, de 57 años, quien detalló que los agentes ignoraron su solicitud de buscar los documentos en su casa, a solo unas cuadras del lugar del arresto. Tras ser trasladado a un centro de detención en Guaynabo, fue liberado una hora después, cuando el ICE verificó su estatus migratorio. Díaz calificó la intervención como una acción discriminatoria y una excusa para cuestionar a los inmigrantes en base a fotografías de supuestos sospechosos.
La operación, descrita por el ICE como parte de su política para garantizar la seguridad nacional, incluyó detenciones en diversas áreas de Santurce y Río Piedras. Sin embargo, familiares de los detenidos denunciaron irregularidades en el procedimiento, incluyendo la falta de comunicación sobre el paradero de los arrestados y presión para firmar documentos sin asesoría legal.
Abogados especializados en inmigración, como Rosaura González Rucci, advirtieron a los inmigrantes sobre la importancia de portar copias de sus documentos y evitar abrir la puerta a agentes sin una orden judicial. Asimismo, señalaron que al menos 30 personas detenidas durante el operativo firmaron deportaciones voluntarias y serían trasladadas a República Dominicana.
En lugares como la Plaza Barceló, un punto de encuentro para la comunidad dominicana, el ambiente es de temor e indignación. Kelvin Mojica Fernández, residente de 50 años, expresó preocupación por quienes no tienen su estatus regularizado, señalando que muchos se sienten obligados a vivir escondidos para evitar ser deportados.
Otros, como Rafael Martín Rasett, dominicano residente en Puerto Rico desde su juventud, compartieron su tristeza y frustración ante lo que consideran un trato injusto hacia los inmigrantes. “Ven a uno con ropa de trabajar, se le tiran, ni le leen sus derechos… Eso no se hace”, afirmó.
Mientras la comunidad espera respuestas, el operativo pone de relieve el impacto de las políticas migratorias en Puerto Rico, generando un llamado a la reflexión sobre el trato a los inmigrantes y sus derechos fundamentales.
