“No cubrimos esa rueda de prensa. Falsificaron nuestro logo. Es lamentable que tengan que recurrir a ese tipo de recursos”, escribió Osmary Hernandez, la corresponsal de la CNN en Venezuela.
Su denuncia dejaba al descubierto que aliados del régimen de Maduro habían fraguado la presencia de la prestigiosa cadena internacional para dotar de una supuesta seriedad y credibilidad a su evento.
En la imagen aparece Félix Freites, el candidato por el circuito 2 de Miranda de Copei, un tradicional partido opositor venezolano que el régimen intervino meses atrás, desplazó a sus militantes y entregó a sus aliados.
El reportero de NTN24, Luis Gonzálo Pérez, también dio cuenta del escándalo: “La falsa oposición que participará mañana #6D llega al punto más bajo de falsificar identidad de medios de comunicación internacionales como CNN para aparentar cobertura. Sr. “candiditado” Félix Freites de “Copei” que no es COPEI, es muy grave lo que hizo”.
“Los intentos por aparentar normalidad en la campaña llegan al punto de falsificar las identificaciones de los canales internacionales para hacer creer que dan cobertura a los actos. Acá el candidato Felix Freites de Copei”, denunció también Eugenio Martínez, coordinador de Factchecking de @EfectoCocuyo.
Desesperados, los funcionarios del chavismo y sus aliados – como Freites- buscan la manera de legitimar las elecciones legislativas que convocó Maduro para el domingo 6 de diciembre. Sin respaldo dentro y fuera de Venezuela, la dictadura recurre a todo tipo de maniobras para convencer a los venezolanos de que participen y así legitimar unos comicios sin ningún tipo de garantía democrática.
Es que, además de Copei, el Tribunal Supremo de Justicia controlado por Maduro intervino las directivas de los principales partidos políticos: Acción Democrática (AD); Primero Justicia (PJ); Voluntad Popular (VP); Bandera Roja; Acción Ciudadana en Positivo (Acep); Min-Unidad; Compromiso País (Compa), Patria Para Todos (PPT); Movimiento Electoral del Pueblo (MEP); Tupamaro y Partido Comunista (PCV), los últimos cuatro aliados históricos del chavismo, pero que en esta oportunidad decidieron romper con Maduro, lo cual deja ver que el régimen no solo atenta contra la oposición sino también contra disidentes de sus propias filas.
La corte chavista le entregó a colaboradores del régimen la potestad legal para postular candidatos por esos partidos. Así, mañana estarán las boletas de esos “partidos opositores” pero con candidatos chavistas disfrazados como opositores.
Pero además de secuestrar los partidos, el chavismo inhabilitó a los principales líderes políticos opositores como Juan Guaidó, Henrique Capriles Radonski, Leopoldo López o Julio Borges. “Ahora mismo, ningún candidato de la farsa electoral es realmente opositor. Todos son chavistas ampliamente conocidos o forman parte del chavismo pero se venden como opositores”, denuncian desde la verdadera oposición a la dictadura.
Y si recurrir a mentiras como la de ubicar un falso micrófono de la CNN no alcanza, el régimen ya puso en marcha otras estrategias. Como en Venezuela el voto es voluntario, y dado que las encuestas estiman que 80% de los venezolanos no participarán por ser un proceso viciado, el chavismo lanzó brutales amenazas contra la población para obligarlos a acudir a las urnas: esta semana, el segundo del chavismo, Diosdado Cabello, amenazó diciendo que “el que no vote, no come”, en un país con 10 millones de personas en inseguridad alimentaria y en el que el régimen controla la distribución de alimentos.
También Maduro ha anunciado que los militares y grupos de exterminio, como las FAES, buscarán en su casa a los ciudadanos para llevarlos a votar, con la excusa de “garantizar medidas de bioseguridad”.