El príncipe Enrique de Inglaterra reveló que él y su esposa, Meghan Markle, no tienen planes de regresar al Reino Unido con sus hijos Archie y Lilibet y desean seguir viviendo en EE.UU.
«Me gusta mucho vivir aquí y criar a mis hijos aquí. Es una parte de mi vida que nunca pensé que iba a vivir y siento que es la vida que mi madre [la princesa Diana] quería para mí», afirmó el príncipe en la Cumbre Dealbook de The New York Times. «Es una oportunidad fantástica. Estoy enormemente agradecido por ello», agregó.
Además, Enrique destacó que en el país norteamericano hay actividades que puede hacer con sus hijos, algo que «sin duda no podría hacer en el Reino Unido». Mencionando preocupaciones sobre la seguridad, explicó que su objetivo es «ser el mejor esposo y el mejor padre que pueda ser».
En el mismo contexto, dijo que su vida en el ojo público y en el seno de la familia real afectó su salud mental. «Cuando está atrapado en una burbuja, parece que no hay salida», comentó. «Lo que le pasó a mi madre y el hecho de que yo era un niño y me sentía impotente, me generó un gran malestar interior. Me sentí impotente. Una de mis mayores debilidades es sentirme impotente», agregó.