Un hombre de 54 años, residente en Novo Oriente, en el estado brasileño de Minas Gerais, Brasil, ha sido arrestado tras mantener a su esposa y a sus siete hijos cautivos durante dos décadas, sometiéndolos a violaciones y obligando a varias de sus hijas a practicarse abortos forzados.
El caso salió a la luz después de que una de las hijas, con gran valentía, lograra escapar y denunciar la situación a las autoridades.
Las edades de los niños rescatados oscilan entre los tres y los 22 años, según informaron las autoridades locales.
La esposa del agresor, que ahora tiene 40 años, reveló que fue sometida a este calvario desde los 17 años, forzada a abortar en al menos tres ocasiones.
Durante la intervención policial, se hallaron los restos de tres fetos enterrados en el jardín de la vivienda. Uno de los fetos tenía un desarrollo de hasta ocho meses.
La hija que logró huir proporcionó al agresor somníferos para escapar. Esto permitió a la policía realizar una investigación exhaustiva de un mes, culminando con un operativo en el que fueron liberadas la madre y sus hijos.
Además, las investigaciones revelaron que una de las hijas sobrevivió a un aborto fallido de un feto de seis meses, siendo salvada gracias a la intervención de una partera, aunque en condiciones de salud precarias.
El detenido, quien no ha sido nombrado públicamente, también es acusado de haber abusado sexualmente de sus hijas y de su difunta suegra. Además, perforó las paredes de la casa para espiar a las niñas mientras se vestían y bañaban, creando un ambiente de constante violación de la intimidad.
El portavoz policial, Herika Ribeiro Sena, declaró que la esposa del agresor solo salía de la casa para recibir beneficios sociales y, en la mayoría de las ocasiones, bajo estricta supervisión de su esposo.
Los vecinos nunca habían interactuado con la mujer, y ni siquiera sus propios familiares tenían acceso a ella, lo que dificulta aún más la comprensión de cómo pudo mantenerse esta situación durante tanto tiempo.
Las acusaciones contra el detenido incluyen secuestro, violación de persona vulnerable, violencia psicológica, aborto forzado y ocultación de cadáver. La madre y los hijos han sido trasladados a una ubicación segura en otro estado, mientras continúa la investigación del caso.
Este escalofriante suceso recuerda al infame caso de Josef Fritzl, quien mantuvo a su hija, Elisabeth Fritzl, encerrada durante 24 años en un sótano secreto en Austria, donde la violó repetidamente, engendrando siete hijos con ella. Fritzl, sentenciado en 2009, sigue cumpliendo cadena perpetua por estos crímenes atroces.
La justicia brasileña está ahora frente a uno de los casos más alarmantes de violencia doméstica y abuso sexual en el país, y el proceso legal seguirá su curso para garantizar que el responsable enfrente todas las consecuencias de sus actos.
