El episcopado de Francia, entre otras autoridades de la Iglesia católica, han condenado la supuesta parodia de la Última Cena protagonizada por un grupo de ‘drag queens’ durante la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, que tuvo lugar este viernes en París.
Muchas de las escenas presentadas durante el espectáculo han suscitado fuertes reacciones en las redes sociales. La Última Cena, la comida final de Jesús antes de su crucifixión, según los relatos evangélicos, fue escenificada con personajes ‘drag queens’ en el papel de los apóstoles. En la polémica composición, un DJ hizo las veces de Jesús.
En un comunicado publicado este sábado, la Conferencia Episcopal Francesa rechazó «profundamente» las «escenas de escarnio y burla del cristianismo». «Esperamos que comprendan que la celebración olímpica va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de algunos artistas», señalaron los obispos.
«Esta mañana, nuestros pensamientos están con todos los cristianos de todos los continentes que se han sentido heridos por la indignación y la provocación de ciertas escenas», añaden.
El obispo de Minnesota, Robert Barron, uno de los prelados más conocidos de la Iglesia católica en Estados Unidos, también criticó la puesta en escena y pidió a los católicos que «hagan oír su voz» en respuesta a lo que calificó de «burda burla de la Última Cena». Barron también señaló que las autoridades francesas no se atreverían a burlarse de tal forma del islam.
Frente a la gran avalancha de críticas y la incomprensión manifestada por el público, los organizadores del evento aseguraron que la actuación buscaba hacer tomar conciencia a los espectadores «de lo absurdo de la violencia entre seres humanos».