Paris, Francia.- Yaël Braun-Pivet, fue reelegida como presidenta de la Asamblea Nacional de Francia en una votación ajustada. En la tercera ronda de votación, Braun-Pivet obtuvo 220 votos, superando a André Chassaigne del partido comunista, quien recibió 207 votos, y a Sébastien Chenu, representante de la ultraderecha, con 141 votos.
Esta elección se decidió por mayoría relativa, lo que implica que el candidato con la mayor cantidad de votos gana, sin necesidad de alcanzar una mayoría absoluta. La victoria de Braun-Pivet significa mucho dada la diversidad y fragmentación de la Asamblea Nacional. Donde el apoyo de algunos diputados conservadores es crucial para asegurar la mayoría simple requerida.
Este resultado representa un desafío para la coalición de izquierda del Nuevo Frente Popular (NFP), que, a pesar de tener la mayor cantidad de escaños, no pudo movilizar suficiente apoyo para su propio candidato.
Según indicaron al subir a la tribuna para agradecer su elección, Braun-Pivet (Nancy, 1970) aseguró que retoma el cargo que ya ejerció durante dos años (2022-2024) con una «una inmensa emoción».
Afirmaron: «Los últimos días fueron extremadamente tensos, hemos visto un país inquieto. Un país fracturado y lo que se puede decir es que tenemos hoy una inmensa responsabilidad», afirmó la presidenta de la Asamblea. Esto en un discurso en el que apeló a cooperar y a buscar nuevos métodos. Para lograr compromisos que den solución a los problemas de los franceses.
Además, Braun-Pivet resaltó que los ciudadanos acudieron masivamente a las urnas en las legislativas anticipadas del 30 de junio y 7 de julio. Con lo que esta Asamblea es «más representativa que nunca» de la voluntad de los franceses. Pero está también «más fragmentada que nunca», recordó, y por eso «debemos ser capaces de alcanzar compromisos». Para avanzar en los asuntos que preocupan a los franceses y como la mejora del poder adquisitivo. Además, la seguridad, los denominados desiertos médicos o la mejora de los servicios públicos.
Un robo, según la izquierda
Indicaron que, pese a esa llamada a cooperar, la división se hizo notar inmediatamente en los pasillos del Palacio Borbón. Donde los diputados del NFP acusaron al macronismo de ignorar los resultados de las urnas nada más abandonar el hemiciclo. «No solo es insano, es nauseabundo», afirmó a la prensa André Chassaigne en los pasillos de la Asamblea.
Finalmente, el diputado comunista lamentó la combinación de votos centristas y de derechas que ha llevado. Esto a «que nada cambie, aunque los franceses han querido un cambio», tal y como demostraba. Según él, el hecho de que el NFP sea la primera fuerza en la cámara en número de escaños.