El muro que los republicanos han construido frente al demócrata Joe Biden tras las elecciones presidenciales del pasado 3 de noviembre en EE.UU. ha comenzado a resquebrajarse con cada vez más conservadores reconociendo la victoria del progresista a medida que se derrumba la estrategia del mandatario saliente, Donald Trump, de no reconocer su derrota e inundar los tribunales de pleitos.
Todavía la mayoría de los conservadores en las dos Cámaras del Congreso de EE.UU. no han aceptado el triunfo de Biden, con el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, a la cabeza, pero cada vez más voces conservadoras están mostrando indicios de que la dinámica podría cambiar.
Uno de ellos es el senador por Pensilvania Patrick J. Toomey, que no buscará la reelección en 2022, y quien acusó a Trump este lunes de intentar «presionar, engatusar, persuadir a los legisladores estatales para rechazar la voluntad de sus votantes».
En un comunicado después de que un juez de Pensilvania decidiera desestimar una demanda de la campaña de Trump contra los resultados en ese estado, Toomey reconoció la victoria de Biden.
LOS ARGUMENTOS SE LE ACABAN A TRUMP
«Con la decisión de hoy por el juez Matthew Brann, un conservador republicano desde hace tiempo a quien conozco como un jurista imparcial y justo, de rechazar el pleito de la campaña de Trump, el presidente Trump ha agotado todas las opciones legales plausibles de retar el resultado de la carrera presidencial en Pensilvania», indicó el senador.
«Esta resolución sigue a una serie de pérdidas procedimentales para la campaña del Presidente Trump -siguió Toomey-. El viernes el estado de Georgia certificó la victoria de Joe Biden después de que un recuento manual de las papeletas confirmara la conclusión del conteo electrónico inicial. Los legisladores de Michigan rechazaron un supuesto intento del presidente de Trump de frustrar la voluntad de los votantes de Michigan y seleccionar una lista ilegítima de electores del colegio electoral».
En suma, indicó el senador, «estos acontecimientos, junto con los resultados en el resto de la nación, confirman que Joe Biden ganó las elecciones de 2020 y se convertirá el 46º presidente de EE.UU.»
Este comunicado de Toomey condensa el sentir de los republicanos que han acabado reconociendo la victoria de Biden y que aspiran a una transferencia pacífica del poder.
Otro conservador, el senador por Ohio, Rob Portman, exdirector de Presupuesto durante la Administración de Georg W. Bush (2001-2009), escribía en una columna de opinión publicada este lunes en el diario The Cincinnati Enquirer que cualquier disputa sobre el resultado de los comicios debería cerrarse el 8 de diciembre, cuando se cierra el plazo para los que los estados certifiquen el sentido del voto de sus electores.
«No hay un proceso constitucional más sagrado en nuestra gran democracia que una transferencia de poder ordenada», advirtió Portman.
PERO HAY POCAS VOCES REPUBLICANAS QUE ADMITEN DERROTA
Y lanzó un mensaje a la agencia federal Administración General de Servicios de EE.UU. (GSA, en inglés), que se ha negado certificar la victoria de Biden; un trámite sin el que el presidente electo no tiene acceso a recursos clave para prepararse para gobernar.
«La GSA debería seguir adelante y liberar los fondos y proporcionar la infraestructura para una transición oficial. El equipo de Biden debería recibir los informes requeridos de Inteligencia y sobre el plan de distribución de la vacuna del coronavirus», consideró.
Hoy por hoy estas voces son escasas con en el Partido Republicano, mientras Trump presiona a responsables de estados clave como Michigan y Pensilvania para que retrasen y no oficialicen el triunfo de Biden.
El viernes pasado el mandatario saliente invitó a legisladores estatales republicanos de Michigan a la Casa Blanca, aunque tras el encuentro los responsables conservadores aseguraron que no contaban con información que pueda «cambiar el resultado» de las elecciones en el estado, lo que supone un golpe a las denuncias de «fraude» sin pruebas esgrimidas por el mandatario.
Se espera que este lunes Michigan y Pensilvania oficialicen los resultados de los comicios presidenciales, aunque sus autoridades electorales todavía no han decidido si finalmente lo harán o no.
Las certificaciones en los estados se produce en medio de una serie de derrotas en los tribunales por parte del equipo de Trump y, de producirse las de Michigan y Pensilvania, supondrán un golpe a las aspiraciones del mandatario saliente, que cuenta con 232 delegados en el Colegio Electoral frente a los 306 de Biden.
Está previsto que los compromisarios de cada estado y del Distrito de Columbia emitan formalmente los votos que confirmen al futuro presidente del país, que salvo sorpresa será Biden, el próximo 14 de diciembre.
Y PODRÍAN COMPLICAR LOS NOMBRAMIENTOS DE BIDEN
Aun así, en caso de ser confirmado por el Colegio Electoral, el reconocimiento de los republicanos de la victoria de Biden seguirá siendo crucial para que los miembros de su futuro Gobierno sean refrendados en el Senado.
Este lunes, Biden anunció a sus elegidos para ocupar puestos de relevancia, como Antony Blinken como secretario de Estado; el cubanoestadounidense Alejandro Mayorkas, como secretario del Departamento de Seguridad Nacional; Avril Haines, como directora de la Inteligencia; o John Kerry como enviado presidencial para el Clima.
Si los republicanos mantienen la mayoría en el Senado en enero, Portman tendrá que supervisar la nominación de Mayorkas, en calidad de presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara Alta; el senador republicano por Idaho, Jim Risch, lo hará con Blinken en el Comité de Relaciones Exteriores; y el legislador por Florida Marco Rubio, con la de Haines. Tanto Portman como Risch y Rubio han reconocido la necesidad de que se produzca una transición.