La pornografía, se trata de un entretenimiento erótico a través de imágenes, pero ¿cómo influye pornografía a nuestra vida sexual? ¿Ha impulsado una cierta liberación sexual o ha creado clichés sobre las relaciones? ¿Buena o mala? Es sin duda un tema de gran polémica y frecuente debate.
De acuerdo con la Real Academia Española, la pornografía es una presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación en el observador. También se define como un espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza material sexual. Su máximo exponente es el cine pornográfico, una industria multimillonaria.
Existen múltiples posturas y controversias. Por un lado, tenemos a aquellos que lo satanizan y, por otro, quienes advierten en ella una herramienta para canalizar sanamente la sexualidad. El consumo de material erótico tiene efectos mucho más importantes de lo que creemos.
La pornografía y sus efectos en la sexualidad
La sexualidad es una dimensión fundamental del ser humano, necesaria para identificarlo como tal. En este sentido, los productos audiovisuales eróticos influyen mucho más de lo que creemos. El individuo aprende una gran cantidad de pautas por observación. En muchas ocasiones, basta con ver las conductas ajenas repetidas una y otra vez para que estas se conviertan en parte de nuestros hábitos de comportamiento.
El cine y, más recientemente, el Internet han influido de forma más directa en las costumbres de las personas. Un ejemplo de ello se pudo apreciar cuando (en décadas anteriores) el número de fumadores aumentó considerablemente a partir de que las películas mostraban abiertamente a personajes que tenían este vicio.
De esta manera, la pornografía no está falla de esa capacidad para influir en nuestras vidas. La propensión a afeitarse el vello púbico, la predisposición a probar el sexo anal, la práctica de ciertas posturas acrobáticas son actuaciones cada vez más comunes y la pornografía ha jugado un papel fundamental en ello.
Aspectos positivos de la pornografía
Además de considerar que mejora de la comunicación en la pareja y ayuda a una mayor calidad sexual, los defensores del material pornográfico cuentan con una serie de alegatos:
- La pornografía reduce la inhibición. Ha eliminado tabúes y prejuicios con respecto al sexo.
- Es un medio para mejorar el rendimiento sexual por aprendizaje.
- Evita la monotonía en las parejas y estimula la creatividad.
- Puede ser un complemento para experimentar más.
- Aumenta el nivel de excitación.
Lo malo: las expectativas que no conectan con la realidad y la frustración
Los detractores de la pornografía coinciden en señalar que esta tiene varias consecuencias en la vida de las personas que la consumen. Dichas consecuencias vienen a ser las siguientes:
- Deja la impresión de que el sexo no tiene relación con la intimidad; que no está relacionado con el amor, el compromiso o el matrimonio.
- Crea la idea de que formas acrobáticas de practicar sexo proporcionan más satisfacción y que el sexo irresponsable no tiene consecuencias adversas.
- La pornografía muestra un mundo ficticio que puede acabar produciendo frustración en los espectadores a la hora de practicar sexo real. En este sentido, afecta la autoimagen y la atracción por la pareja.
- Hace que la agresión sexual parezca menos grave de lo que es.
- Puede sustituir el interés por las relaciones reales.