Los Angeles Lakers, con un LeBron James maravilloso, dieron una exhibición incontestable este domingo en Nueva Orleans (108-124), acabaron la temporada regular como octavos del Oeste y se enfrentarán este martes en el ‘play-in’ precisamente a los Pelicans (séptimos).
El ganador del Pelicans-Lakers se enfrentará en el ‘playoff’ a los Denver Nuggets (segundos) mientras que el perdedor tendrá una bala extra en el ‘play-in’ jugando en casa contra el vencedor del partido entre los Sacramento Kings (novenos) y los Golden State Warriors (décimos). El superviviente de ese segundo cruce se medirá con los Oklahoma City Thunder (primeros).
En esta emocionante última jornada de la fase regular, los Lakers afrontaban toda una encerrona: un partido a domicilio ante unos Pelicans que se jugaban evitar el ‘play-in’, con el público rival volcado en un intenso ambiente ya de postemporada y con la posibilidad de caer al décimo puesto, que obliga a ganar dos encuentros seguidos fuera de casa solo para entrar al ‘playoff’.
Pero en el día señalado y en el momento clave, los de púrpura y oro firmaron una actuación formidable digna de la franquicia que más anillos ha conquistado en la historia junto a los Boston Celtics (17 cada uno).
LeBron, el corazón y el alma de estos Lakers capaces de lo mejor y de lo peor, impartió una clase magistral a sus 39 años y con 21 temporadas en la espalda y acabó el encuentro con un triple-doble de 28 puntos, 11 rebotes y 17 asistencias además de 5 robos.
“King James” se convirtió asimismo en el cuarto jugador en la historia de la NBA que llega a las 11.000 asistencias. Los otros tres miembros de ese exclusivo club son bases ‘puros’: John Stockton, Jason Kidd y Chris Paul.
Todo el quinteto de los angelinos, que ya iban ganando de 32 puntos en el tercer cuarto, acabó con dobles dígitos de anotación: Anthony Davis (30 puntos y 11 rebotes), Austin Reaves (20 puntos), D’Angelo Russell (19 puntos) y Rui Hachimura (11 puntos y 7 rebotes).
La única noticia inquietante para los Lakers fue que Davis tuvo que retirarse del partido con 5.22 para el final con lo que parecían molestias en la espalda.
En cambio, los Pelicans volvieron a fracasar ante los Lakers en un partido crucial como ya les pasó en las semifinales del NBA In-Season Tournament, donde sucumbieron ante LeBron y compañía por 133-89.
Zion Williamson, defendido por LeBron durante gran parte del encuentro, tuvo un día complicado y acabó con 12 puntos (4 de 13), 8 rebotes y 8 asistencias. Brandon Ingram regresó tras su lesión pero solo pudo aportar 13 puntos.
CJ McCollum (25 puntos y 7 asistencias) fue el máximo anotador de unos decepcionantes Pelicans, que, debido al triunfo de los Phoenix Suns (sextos) ante Minnesota Timberwolves (terceros), recibieron el castigo del ‘play-in’ y de nuevo les tocará contra los Lakers.
El show de LeBron
El máximo anotador de la historia de la NBA ha hecho de las grandes ocasiones su patio de recreo particular y esta tarde no decepcionó para nada.
LeBron cedió la responsabilidad de anotar para sus compañeros pero se lució en una primera mitad fascinante con 13 asistencias, la mayor cantidad de pases de canasta en una sola parte en toda su carrera.
Desde el salto inicial, los Lakers se mostraron superiores en todas las facetas del juego, mucho más concentrados y precisos que unos Pelicans sobrepasados, desorientados y torpes.
Los Lakers llegaron a tener un +23 antes del descanso, pero un par de chispazos de McCollum dejaron el resultado al intermedio en ‘solo’ 53-70.
En la primera parte, los Lakers se lucieron con un 60,8 % en tiros de campo. Davis metió 18 puntos, LeBron consiguió 13 y Reaves y Hachimura lograron 11.
El otro integrante del quinteto titular, Russell, no quiso quedarse atrás y descorchó la segunda mitad con dos triples seguidos. La reacción de los Pelicans brilló por su ausencia y los Lakers sacaron el mazo hasta tener un +32 en el ecuador del tercer periodo (59-91 con 7.11 por jugarse).
De ahí en adelante, los Lakers se dedicaron a gestionar su enorme ventaja ante unos Pelicans que intentaron recortar distancia sin demasiado convencimiento ni acierto.
A 17 puntos (84-101) llegaron a colocarse con 9.57 en el último cuarto gracias a un triple de Trey Murphy. Pero Darvin Ham no tuvo que pensar mucho en el antídoto: devolvió a LeBron a la cancha tras unos minutos de descanso en el banquillo y los Lakers solventaron este peliagudo examen con sobresaliente.