El Gobierno de EE.UU. calificó este domingo de “desesperación” la salida de Nicaragua de la Organización de Estados Americano (OEA), y una estrategia del presidente Daniel Ortega para eludir la Justicia por los “atroces abusos contra los derechos humanos”.
El retiro del país de la OEA -que entra en vigor hoy- y las violaciones de derechos humanos en el país centroamericano “son una afrenta al compromiso del hemisferio occidental con la democracia”, subrayó Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado en un comunicado.
El presidente Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, buscan “aislar aún más a Nicaragua de la comunidad internacional”, indicó el portavoz.
Agregó que ello “demuestra su desesperación por evitar cualquier esfuerzo de la OEA o de socios de ideas afines para responsabilizarlos por atroces abusos contra los derechos humanos”.
”Sus abusos incluyen detener, condenar y maltratar injustamente a presos políticos, incluido el obispo Rolando Álvarez; atacar a periodistas independientes; y obligar a cientos de organizaciones de la sociedad civil e instituciones educativas a cerrar o traspasar sus operaciones al Estado”, detalla el comunicado.
Detalle de algunas placas de los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), desplegadas durante una sesión ordinaria del Consejo Permanente.
El Gobierno nicaragüense notificó la decisión de denunciar la Carta de la OEA -que da inicio al retiro definitivo y renuncia de Nicaragua a esa organización- en noviembre de 2021, días después de la reelección para el quinto mandato de Ortega en unas elecciones que la organización tachó de ilegítimas.
El Departamento de Estado enfatizó hoy que pese a las denuncias de Ortega y Murillo de la Carta de la OEA, “Nicaragua sigue sujeta a sus obligaciones de derechos humanos y gobernanza en virtud de los tratados e instrumentos restantes, incluida la Convención Americana sobre Derechos Humanos”.
Miller subrayó que Estados Unidos y los demás socios en la OEA continuarán revisando “todas las herramientas disponibles y apropiadas para responsabilizar a Ortega, Murillo y sus sustitutos por sus acciones”.
El portavoz urgió a las autoridades nicaragüenses a cumplir con sus obligaciones y cumplir las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La salida de Nicaragua de la OEA es “grave”
En una declaración escrita, el director ejecutivo de Raza e Igualdad, Carlos Quesada, destacó que “el pueblo nicaragüense es ejemplo de resiliencia y lucha permanente por la democracia, pero la salida de Nicaragua de la OEA no deja de ser grave, pues debilita el funcionamiento del Sistema Interamericano de Protección de los Derechos Humanos”.
Imagen de archivo del presidente de Nicaragua Daniel Ortega.
Quesada sostuvo “que Ortega ha cometido crímenes que solo se han visto en las peores dictaduras”, por lo que abogó por no dejar solos a los nicaragüenses.
Actualmente, el Gobierno de Nicaragua mantiene a 91 personas privadas de libertad por motivos políticos, incluyendo al obispo Rolando Álvarez y a 17 mujeres, según esa ONG.
Raza e Igualdad también registra al menos “355 ejecuciones sumarias de manifestantes en total impunidad, y más de 316 personas en situación de apatridia y privadas de sus derechos ciudadanos, entre ellas 222 personas que eran presas políticas hasta el 9 de febrero de 2023″.
En ese sentido, citó investigaciones del Grupo de Expertos en Derechos Humanos de la ONU sobre Nicaragua que han concluido que, “a través de la instrumentalización de los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, las altas autoridades gubernamentales han cometido violaciones y abusos de manera generalizada y sistemática por motivos políticos, que constituyen crímenes de lesa humanidad”.
“La comunidad internacional ya tiene información para iniciar acciones legales y extender las sanciones a las instituciones y personas involucradas en estos crímenes de derecho internacional. Hago un llamado urgente a la comunidad internacional, particularmente a los Estados de la región latinoamericana comprometidos genuinamente con la democracia, para que tomen medidas urgentes”, abogó Quesada.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras las elecciones de noviembre de 2021, en las que el presidente Ortega, en el poder desde 2007, fue reelegido para un quinto mandato y cuarto consecutivo.