Silvia Pozo Fructuoso, de 26 años, estudiante de contabilidad, estaba lejos siquiera de sospechar que al llegar a su casa, en el sector Puerto Rico, de Arroyo Hondo, tras salir de su trabajo, encontraría allí su expareja esperando, listo para acabar con su vida y la de su familia, todo por negarse a retomar la relación, luego de dos años separados.
El pasado sábado, Silvia salió para su casa en compañía de un hermano, luego de compartir con amigas, siendo más tarde perseguida por su expareja, Geraldo Severino Encarnación, de 28 años.
Al llegar a la vivienda de Silvia, Geraldo, pensando que ella tenía otra pareja, le rompió su unidad celular cuando ella le dijo que no lo quería y negarse a continuar la relación. Después de esto, el hombre se retiró diciéndole que no la volvería a molestar.
Pero no fue así. Más tarde, Geraldo regresó a casa de Silvia, arma de fuego en mano, aprovechando que el hermano que la llevó hasta su hogar no se encontraba con ella. Ahí mismo, tiró del gatillo, alcanzando con el dispa-ro a Justa Fructuoso y a Silvestre Pozo, padres de Silva, este último todavía con el proyectil alojada en el hombro derecho.
Posteriormente, hirió a Enmanuel Pozo, de 31 años, otro hermano de Silvia, que acababa de llegar del trabajo, y quien ahora se encuentra en cuidados intensivos debatiéndose entre la vida y la muerte, tras sufrir la perforación de un pulmón.
De inmediato, entró a la habitación donde se encontraba Silvia, le dio un tiro en el pecho y otro en la cabeza. Su próximo paso crimi-nal fue llevarse el arma a la cabeza, y se quitó la vida.
El hecho fue narrado por Isabel, hermana de Silvia, quien entre llantos dijo que su pariente será enterrada en el cementerio de Cristo Rey.
Según vecinos, el homicida siempre amenazaba a Silvia porque se negaba a retomar la relación, porque el victimario la maltrataba físicamente y le molestaba ver feliz a la víctima, quien estudiaba en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), donde cursada el segundo semestre de la carrera contabilidad.
Definieron a Silvia como una mujer amable y trabajadora, “querida por todos en el sector”. Ella laboraba en una papelería y en su tiempo libre arreglaba uñas.
La joven asesinada deja en la orfandad a dos niños, una hembra, de 8 años, y varón, de 5.
Isabel relató que se encontraba en la casa cuando uno de los niños llegó llorando, diciéndole que su padre había matado a su mama, a su abuela, a su hermano y que se había matado él.
Igualmente, le comentó que le había dispara-do a un sobrino de ella, pero que este salió corriendo.
Tras el hecho, llegaron al lugar agentes policiales para realizar las investigaciones, junto al médico legista, para levantar el cadáver de la joven madre y el de su expareja, que yacían ambos dentro de la residencia de la madre de la Silvia.
El pasado 25 de octubre, un hombre mató de un disparo a su pareja y luego se quitó la vida de igual forma, en un hecho registrado en una comunidad de La Vega.
El 27 de octubre pasado, un hombre mató de varias puñaladas a su pareja sentimental y luego se quitó la vida, ahorcándose, en un suceso ocurrido en el sector Villa Cristal, del municipio Higüey.
El 25 de septiembre pasado, un capitán de la Policía Nacional mató a su pareja de un disparo y posteriormente se suicidó, en un hecho ocurrido en el sector Los Girasoles, del Distrito Nacional. Ver video:
El 18 de febrero pasado, un hombre mató a su pareja de varias estocadas y luego se suicidó, en el municipio Bayaguana, de la provincia Monte Plata.
El 29 de junio pasado, un hombre mató de varios im-pactos de bala a su pareja sentimental e hirió a un vecino que salió en su auxilio y luego se quitó la vida con la misma arma de fuego. Esto ocurrió en la comunidad Batey I, del distrito municipal La Canela, en Santiago.