La fiscal del Distrito Nacional, Rosalba Ramos, acusó al Inspector General del Ministerio Público, Juan Medina, de incurrir de forma ilegal, ilegítima, arbitraria e inquisidora, en prácticas de acoso moral y laboral en su contra.
En una comunicación a la procuradora general de la República, Miriam Germán Brito, la fiscal del Distrito dijo que el procurador adjunto con su accionar incurrió en delito de violencia de género, consagrado en el artículo 309-1 del Código Penal, por lo que solicitó que se abra una investigación sobre ese caso.
Sostuvo que el acoso está siendo disfrazado en una serie de investigaciones contra el personal bajo su mando, tanto de carrera como administrativo, y contra su persona por supuestas irregularidades en el ejercicio de sus funciones como fiscal titular.
Según Ramos, el inspector cuestiona su participación en una serie de programas de televisión, donde la invitan a hablar de su trabajo como fiscal del Distrito Nacional, sin la autorización de la Procuraduría General de la República.
Indicó que el 25 de mayo pasado, con motivo de una reunión que sostendría con la directora de Persecución y la directora de Carrera, fue abordada por el Inspector quien la acusó falsamente de hacer entrega de tickets de combustible a una supuesta periodista que ni ella conoce, así como a la ex encargada de prensa de la Fiscalía, Kenia Carmona.
Además sostuvo que durante los días 8 y 9 del presente mes, encontró varias llamadas perdidas a su celular personal, desde diversos números telefónicos, todos desconocidos para ella, motivo por el cual no respondió a las mismas, debido la posición delicada en la que está actualmente como Fiscal Titular del Distrito Nacional y por motivos de su seguridad, en razón de los diversos procesos penales que ha investigado.
Expresó que fue convocada por el Inspector por intermedio de la magistrada Laura Vargas, para el día 10 de junio pasado a través del WhatsApp, para una “reunión” en el despacho de éste, donde supuestamente trataron temas concernientes a un caso importante de la fiscalía, así como otros temas que “solo eran del dominio del magistrado Juan Medina”.
Empero, sostuvo que, una vez allí, se encontró con la sorpresa de que el inspector pretendía interrogar en presencia de la también inspectora, Laura Vargas por una investigación de oficio por su participación en diversos medios de comunicación y por el supuesto mal manejo dado por ella a las informaciones respecto del caso “familia Rosario”.