Los republicanos del Senado están listos para impedir la formación de una comisión que investigue el mortal asalto a la sede del Congreso estadounidense del 6 de enero, haciendo añicos las esperanzas de una investigación bipartidista y reviviendo la presión sobre los demócratas para que eliminen un proceso que los críticos consideran obsoleto.
El obstruccionismo es una antigua tradición del Senado que requiere el voto de 60 de los 100 senadores para interrumpir un debate e impedir el avance de un proyecto de ley. Con la cámara alta dividida 50-50, los demócratas necesitarían el apoyo de 10 republicanos para pasar el proyecto a comisiones.
Sería la primera vez que el obstruccionismo, conocido como “filibuster”, se usa este año para detener una acción legislativa en el Senado. La mayoría de los republicanos se oponen al proyecto de ley, el cual busca crear una comisión que investigue el asalto de los partidarios de Donald Trump al Capitolio con la intención de revocar la elección de Joe Biden.
“¿Tenemos una turba que se apodera del Capitolio y no podemos lograr que los republicanos se unan a nosotros para hacer un registro histórico de ese evento? Eso es triste”, dijo el senador Dick Durbin, de Illinois, el segundo demócrata en el Senado. “Eso te dice lo que está mal en el Senado y lo que está mal con el obstruccionismo”.
La Cámara de Representantes ya aprobó la medida con cierto apoyo republicano, pero el obstruccionismo del Senado está provocando un nuevo debate sobre si ha llegado el momento de que los demócratas cambien las reglas y bajen el umbral a 51 votos para adoptar una legislación.
Trump ha dejado en claro que se opone a la formación de cualquier panel investigador.