Edward “Jake” Wagner se declaró culpable este jueves en Ohio de 23 cargos criminales relacionados con el asesinato de la madre de su hija y de otros siete miembros de la familia de la joven en el 2016 en medio de un pleito por custodia.
Con el acuerdo, “Jake” Wagner se libra de una sentencia de pena de muerte y se expone a cadena perpetua, según el reporte de la cadena CBS.
Como parte del convenio con los fiscales, Wagner testificará en contra de sus padres y su hermano, también acusados en la masacre en el condado Pike, en el que fueron asesinados siete adultos y un adolescente. Los padres de Jake, George Billy Wagner III y Angela Wagner, y su hermano, George Billy Wagner IV se declararon inocentes.
“Soy culpable, su señoría”, repitió el delincuente de 28 años mientras Randy Deering leía cada uno de los cargos en voz alta.
Los cargos incluyen ocho de asesinato agravado, así como acusaciones de conspiración, manipulación de evidencia y conducta sexual ilegal con un menor, entre otros.
Wagner, quien dijo en Corte estar profundamente arrepentido de haber cometido crimen, específicamente admitió haber sido responsable de cinco de las muertes.En las altas montañas de Lima se ‘siembra el agua’ con ingeniería prehispánica
“Sabe que va a morir en la cárcel. A pesar de lo horrible que es esto para todos, él lo lamenta tanto como es posible”, dijo al juez el abogado defensor Gregory Meyers.
Los asesinatos fueron reportados en abril del 2016. Cinco años atrás, los cuerpos de las víctimas fueron encontrados en varias casas móviles y en una caravana en un área poco poblada del condado de Pike, en el sur Ohio. A todas les habían disparado en la cabeza. Las edades de las víctimas fluctúan entre los 16 y 44 años.
Los Wagners utilizaron armas con silenciadores para matar a las personas mientras dormían.
Algunos casquillos de bala encontrados en la escena coincidieron con evidencia incautada en la vivienda de los Wagners.
A las autoridades les tomó dos años anunciar los arrestos.
Los fiscales en el caso alegan que la familia Wagner planeó el ataque múltiple por meses.
Alegadamente, Jake trató de convencer a su expareja Hanna Rhoden, de 19 años, para que compartiera la custodia de la hija que procrearon. Pero ésta se negó.
El criminal logró acceso a cuentas de Facebook de la muchacha en la que ésta indicaba que nunca llegaría a un acuerdo sobre lo anterior con Jake.
A partir de ahí, inició la batalla que culminó en la masacre.
Hanna y Jake comenzaron a salir cuando la chica solo tenía 13 años. Esta se embarazó con 15 años de edad.