Tras la muerte del príncipe Felipe, queda la incógnita de quién será el nuevo Duque de Edimburgo, título cuya historia es de las más inusuales de la corona británica.
De acuerdo con los datos históricos, Felipe recibió la distinción en 1947, cuando se casó con la que por entonces era la princesa Isabel.
Si bien, la Familia Real aún no ha confirmado nada, considerando que su pérdida aún es reciente, generalmente es típico que los títulos pasen a otro miembro de la familia después de una muerte.
Según las Cartas Patentes que George VI emitió cuando le dio el título al Príncipe Felipe, su hijo mayor, el Príncipe Carlos, se convertirá en el próximo Duque de Edimburgo tras la muerte de su padre.
Sin embargo, en un anuncio en 1999 antes de la boda del Príncipe Eduardo con Sophie Rhys-Jones, el Palacio de Buckingham declaró que la Reina y el Príncipe Carlos habían acordado que, tras su muerte y su ascenso al trono, el Príncipe Eduardo, su hijo menor, se convertiría en el Duque de Edimburgo.
Tal parece que la sucesión no será sencilla y hasta se presume que el título puede desaparecer. Al no ser hereditario, solamente el monarca puede concederlo, por lo que la “contienda” por el ducado solo puede ser resuelta por Isabel II.
El príncipe Felipe murió a la edad de 99 años en el castillo de Windsor 9 de abril, a menos de un mes después de salir del hospital, donde estaba luchando contra una infección y una enfermedad cardíaca preexistente.