Una expedición descubrió a 6,500 metros de profundidad en las costas de Filipinas los restos de un buque de la Marina estadounidense hundido durante la Segunda Guerra Mundial, informó el domingo un miembro del equipo.
“Acabamos de efectuar la inmersión a más profundidad de la historia para encontrar los restos de destructor USS Johnston”, tuiteó Victor Vescovo, fundador de la empresa estadounidense Caladan Oceanic, que dirigió el submarino que localizó al barco.
It’s been so wonderful to share the story of the USS Johnston with so many people. Her crew and Captain, Ernest Evans – the first Native American in the Navy to be awarded the Medal of Honor, were extraordinarily heroic. Here’s video from the dive and the bridge they fought from. pic.twitter.com/rAfEh78VJv— Victor Vescovo (@VictorVescovo) April 4, 2021
Durante dos inmersiones de ocho horas realizadas a finales de marzo, el equipo pudo filmar, fotografiar y estudiar los restos del buque, frente a las costas de las isla de Samar, indicó Caladan Oceanic, una firma especializada en tecnologías submarinas.
El destructor de 115 m de eslora se hundió el 25 de octubre de 1944, durante la batalla del golfo de Leyte, una de las mayores batallas navales en la historia y que marcó el inicio del fin para Japón
Otros exploradores lo localizaron en el mar de Filipinas en 2019, pero la mayor parte del barco no estaba al alcance de ningún dispositivo teledirigido.
“Localizamos los 2/3 de la parte delantera del navío, de pie e intacta, a una profundidad de 6.456 m. Tres de nosotros, en dos inmersiones, examinaron el navío y rindieron homenaje a su valiente tripulación”, precisó Vescovo.
Sólo 141 de los 327 tripulantes del buque sobrevivieron, según los archivos de la Marina estadounidense.
La expedición encontró intactos la proa, el puente y la sección central. El número del casco “557” seguía estando bien visible.
También se podían ver dos torres, puntos de reservas de torpedos y numerosos soportes de cañones, según la expedición.
Parks Stephenson, navegador y historiador de la expedición, señaló que en los restos del barco se podían observar los daños que sufrió durante esa intensa batalla, hacé más de 75 años.
“Recibió disparos del mayor buque de guerra jamás construido, el acorazado Yamato, de la Marina imperial japonesa, y contraatacó violentamente”, declaró Stephenson.