Nueva York, Estados Unidos
Con guantes de catcher, camisetas de su equipo y mascarillas, los aficionados volvieron al Yankee Stadium de Nueva York por primera vez desde octubre de 2019 para el arranque este jueves de la temporada de las Grandes Ligas de béisbol.
«Ha sido un año muy difícil porque los Yankees significan todo para nosotros. Estoy muy emocionado de estar de vuelta», dijo el pequeño David Wickland, de 10 años, que acudió a la cancha con su padre William, ambos socios de la franquicia.
Las gradas del Yankee Stadium, con capacidad para 54.000 espectadores, permanecieron vacías durante todos los partidos de la pasada campaña a causa de la pandemia de coronavirus, que ha provocado la muerte de más de 49.000 personas en Nueva York.
Las instalaciones del estadio siguen siendo utilizadas como punto de vacunación pero ahora están también autorizadas a ocupar hasta un 20% de sus asientos (casi 11.000 aficionados) después de que las autoridades aligeraran las restricciones en la ciudad.
No podíamos esperar a venir aquí. Habríamos llegado anoche si hubiéramos podido», dijo Sunny Angen, de 60 años, que se presentó dos horas antes del primer lanzamiento.
Su vecina, Cori Odwak, anticipó que el ambiente «será una locura», a pesar de la reducida asistencia.
«Será como si se hubiesen agotado las entradas», dijo esta estudiante de medicina de 27 años.
Pierce Reardon, también de 10 años, estaba feliz de que hubiera tan escasa presencia de espectadores porque le daba más posibilidades de atrapar un jonrón.
«¡Hay muchas posibilidades de participar!», dijo ilusionado Reardon, que llegó con su guante de béisbol por si había suerte.
«Podría estar nevando y vendría»
Para poder entrar a la cancha, los aficionados tuvieron que presentar una prueba de vacunación completa o una prueba negativa de covid-19 efectuada en las últimas 72 horas. Los organizadores también les tomaban la temperatura en la entrada.
Una vez en el interior debían sentarse en grupos, separados por al menos dos metros de distancia, y llevar mascarilla en todo momento, excepto al comer o beber, una parte fundamental del llamado «pasatiempo nacional».
En Estados Unidos, el béisbol es una actividad tan emblemática cuando llega el buen tiempo como un viaje a la playa o las barbacoas en el patio trasero, y las familias se reúnen regularmente para ver los partidos.
A lo largo de la mañana de esta jornada inaugural cayó una llovizna constante sobre el Yankee Stadium que no logró desanimar a los aficionados.
«Entrar significa mucho más que el clima. Podría estar nevando, y aún así vendría. Podría ser el día más caluroso del verano, e igual vendría», dijo Jose Villeneuve, de 26 años.
La mayoría de los recintos de las Grandes Ligas abren la temporada con capacidad reducida aunque los Rangers de Texas permitirán que se ocupen los más de 40.000 asientos de su Globe Life Field, lo que fue criticado por el propio presidente Joe Biden.
«Creo que no es responsable», dijo el mandatario en una entrevista con ESPN difundida la noche del miércoles.
Villeneuve, gerente de una tienda minorista que condujo dos horas desde Filadelfia para ver a sus amados Yankees, espera que el limitado regreso de los aficionados al Bronx sea una señal de que se avecinan tiempos mejores.
«Para mí, mentalmente, este es el primer paso para pensar que estamos volviendo a la normalidad, que las cosas se ven bien», dijo esperanzado.