Aunque el proyecto económico sobre infraestructura y empleos del presidente Joe Biden ha causado expectativa enfrenta dos retos: la aprobación en el Congreso y convencer sobre la necesidad de incremento de impuestos a los más ricos, además de una mayor tasa corporativa.
Los republicanos han adelantado su oposición al proyecto de $2.25 billones de dólares, pero no están solos, ya que organizaciones empresariales comenzarán su cabildeo (el llamado ‘lobbying’) en el Congreso para detener los planes del presidente, enfocado en renovar la infraestructura de transporte (vial, de trenes y marítima), de vivienda y mejora de servicios.
El impuesto directo a las familias es para aquellos hogares que ingresan más de $400,000 dólares anuales. El miércoles que presentó su proyecto, el mandatario atajó a quienes critican el alza y aseguran que impactará a quienes ganen menos que esa cantidad o como un “castigo”.
“Esto no es un castigo para aquellos que logran ese ingreso. No es para buscar represalias… Se trata de abrir oportunidades para todos los demás”, expuso el mandatario. “Nadie, déjeme decirlo de nuevo, nadie que gane menos de $400,000 verá subir sus impuestos federales, punto”.
Con base en datos de la Oficina del Censo, el portal DQYDJ (Don’t Quit Your Day Job) estimó que el ingreso promedio de los hogares estadounidenses es de $97,973 dólares en 2020, el cual aumentó en comparación a 2019, cuando era de $89,930 dólares.
Solamente el 1% de la población ingresa por encima de $500,000 dólares anuales, se indicó.
Algunos argumentan que la clase media será afectada, pero esa categoría abarca a hogares con ingresos de $34,200 a $136,800 dolares. Los hispanos tienen un ingreso promedio en hogar por encima de $51,000 dólares.
En concreto de cada 100 hogares, solamente dos verían incremento de impuestos, debido a que su ingreso es mayor de $400,000 dólares al año.
La confusión y polémica surge porque el impuesto se aplicará por personas, pero considerando el ingreso familiar, es decir, si en una pareja ambos ganan $200,000 dólares anuales, ahí aplica el alza de tasa, explicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
El presidente Biden ha reconocido la dificultad de convencer a los republicanos del incremento, pero se deberán precisar los detalles del plan.
“Puede que no obtenga [el apoyo republicano], pero obtendré los votos demócratas para un aumento de impuestos”, afirmó.
¿Y las empresas?
Sobre la tasa empresarial, la polémica también avanza. Según un reporte de The Hill, varias organizaciones de negocios están preparándose para detener le aumento, que básicamente sería volver a lo que el expresidente Donald Trump les redujo.
El plan de Biden aumentaría la tasa impositiva corporativa al 28 por ciento, además de establecer un impuesto global mínimo. La reforma de 2017 redujo la tasa impositiva corporativa del 35 por ciento al 21 por ciento.
Los empresarios envían un doble discurso al gobierno, ya que presionan por mayor infraestructura, pero no quieren ver afectados sus ingresos.
“Estaremos presionando al Congreso sobre ambos aspectos del plan: infraestructura e impuestos”, dijo a The Hill un portavoz de la Asociación de Líderes de la Industria Minorista. “Queremos encontrar un camino a seguir que no incluya un aumento en la tasa de impuestos corporativos”.
Otros grupos, como la Cámara de Comercio de Estados Unidos, también se prepara para el cabildeo.
El economista Andrés Vinelli, vicepresidente de Políticas Económicas del Center for American Progress (CAP), reconoció que habría una reticencia de los republicanos en el Congreso, pero cuestionó “si su antipatía” es mayor “a la empatía de los planes de infraestructura”.
“(El plan) es volver a imponer los impuestos a las personas, como estaban antes… básicamente la gente que es rica, que están al máximo de ingresos”, defendió.
Agregó que las grandes empresas se han quejado mucho por la infraestructura, pero cuestionó también si sus quejas serán mayores sobre el incremento de impuestos que a la necesidad de implementar el plan, el cual ayudará a reactivar la economía y creará empleos bien remunerados.