Brasil comenzó el mes de abril con 3.769 nuevos muertos en las últimas 24 horas y 91.097 nuevos contagios, con lo que alcanzó un balance de 325.284 muertos y 12.839.844 de casos acumulados desde que comenzó la pandemia.
El gigante latinoamericano cerró marzo con más de 66.000 muertos, más del doble que lo registrado en febrero, en medio del colapso en el sistema de salud y a pesar de las medidas para restringir las actividades públicas.
El país lleva acumulando varios récords diarios en el número de fallecidos por la covid-19, el último este miércoles, con 3.869 óbitos, una marcada tendencia al alza a pesar de que en febrero nunca se llegaron a alcanzar los 2.000 muertos diarios.
Marzo fue el peor mes en el impacto en Brasil de la covid-19 y en el mes se registraron 66.573 fallecidos, frente a los 30.438 anotados en febrero, para un total acumulado de 321.515 muertos desde que el 12 de marzo de 2020 se registró el primer fallecido, en Sao Paulo, según los datos del Ministerio de Salud.
Una persona recibe la vacuna contra la covid-19 el 29 de marzo de 2021, en la ciudad de Duque de Caxias (EFE/ Antonio Lacerda)
De acuerdo con estas cifras, el número de personas que se han contagiado llegaron al cierre de marzo a 12,75 millones de personas, 2,2 millones más que las que había al cierre de febrero, para una población de unos 210 millones de habitantes.
Estos datos confirman a Brasil como la segunda nación con el mayor número de infectados y fallecidos, después de Estados Unidos, que tiene una población de unos 330 millones de habitantes, según la información de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La última información de la OMS coloca a Estados Unidos con 545.887 muertos por covid-19, y detrás de Brasil figuran México (202.633 óbitos) y la India (162.927 fallecidos).
Un grupo de personas camina en una de las zonas comerciales de Sao Paulo (CRISTINA FAGA / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO)
Pero si se compara la evolución de los últimos siete días, Brasil lidera la lista de países con el mayor número de muertos, casi 19.000, frente a los casi 7.000 que anotó Estados Unidos y cerca de 3.500 que tuvo México, según la OMS.
Sistema sanitario colapsado
Esta evolución de la pandemia en el país más poblado de Latinoamérica se produce mientras el sistema sanitario de Brasil se encuentra colapsado, con muchas localidades sin poder admitir más pacientes a sus UCIS.
En Sao Paulo y Río de Janeiro la tasa de ocupación de las UCIS está próxima al 90%. En la ciudad de Río de Janeiro la espera para conseguir una cama en estas unidades especiales hospitalarias puede llegar hasta las 24 horas. Unido a ello en ciudades como en Sao Paulo se ha tenido que recurrir a entierros nocturnos.
Una profesional farmacéutica coloca en pipetas muestras de pacientes sospechosos con la COVID-19 en el Laboratorio Central de Amazonas (LACEN), hoy en Manaos (Brasil). EFE/ Raphael Alves
En marzo pasado hubo un crecimiento del 56% respecto a los cuerpos fueron sepultados en el mes anterior, con datos cerrados al 30 de marzo.
Lento proceso de vacunación
De igual forma, sigue lento el proceso de vacunación, de la que se han beneficiado ya el 11 % de la población en su primera dosis y del 3,2 % con la segunda, hasta un total de casi 19 millones de vacunas.
El Ministerio de Salud dio cuenta este jueves de que en los próximos días lanzará la mayor distribución de vacunas de una sola vez desde que comenzó la campaña, con 9,13 millones de dosis. Esas vacunas estarán destinadas fundamentalmente a los trabajadores de salud y a las personas mayores de 65 años.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, camina después de hablar con periodistas en el Palacio de Planalto en Brasilia, Brasil. 31 de marzo de 2021. REUTERS/Ueslei Marcelino
La pandemia ha forzado a las autoridades a decretar periódicos cierres de las actividades no esenciales. En las ciudades de Sao Paulo y Río hay un feriado que comenzó el pasado viernes y se cerrará este domingo. Esas restricciones en las actividades, sin embargo, han recibido críticas frecuentes de parte del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que llegó a calificar como una “gripecita” la pandemia y ha hecho continuos llamamientos para regresar a la normalidad.
“El hambre mata mucho más que el propio virus”, reiteró este miércoles el gobernante, quien, como es costumbre, se presentó ante los periodistas sin mascarilla, al contrario que otros miembros de su equipo que lo acompañaban.