“Estoy bien, quiero estar un rato sola, besos mamá”. Así se leía en esa postal que, en octubre de 2009, recibieron los hijos de Barbara Corvi después de varios días sin tener noticias de ella. El enigmático mensaje sugería que la mujer había abandonado su hogar y sus dos hijos de forma voluntaria. Aunque ninguno de sus amigos y familiares jamás creyó a esa hipótesis. Hoy, doce años después de esa desaparición, el marido fue detenido por cargos de homicidio.
Barbara Corvi, de 35 años y madre de dos hijos, desapareció en Montecampano di Amelia (Umbria, centro) el 27 de octubre de 2009.
Este martes, los carabineros de Terni detuvieron al esposo de la mujer, Roberto Lo Giudice.
El hombre había sido el principal sospechoso desde los primeros momentos de la investigación, cuando salió a la luz que, unas horas antes de la desaparición, Barbara le había confesado que mantenía una relación extramatrimonial.
Barbara Corvi en una captura de pantalla del programa de la RAI «Chi l’ha visto?», que mantuvo la atención sobre el caso
Desde el primer momento, la hipótesis de la fiscalía era que esa relación fuera el móvil del asesinato de Bárbara, cuyo cuerpo nunca fue encontrado. En los días posteriores a su desaparición, los hijos de la mujer habían recibido esa postal enigmática. Nunca se supo quién fue realmente el autor.
Con los meses, sin embargo, la investigación se estancó ante un muro de silencio. En 2014 el expediente se archivó bajo la caratula de delito de secuestro contra personas desconocidas. Hasta que, en 2019, el caso fue reabierto por el Fiscal de Terni.
LOS VINCULOS CON LA MAFIA
Roberto Lo Giudice estaba siendo investigado desde hace más de seis meses por el delito de homicidio voluntario. El hombre es miembro de una poderosa familia de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa.
Barbara conoció aLo Giudicecuando ella tenía apenas 15 años. Se enfrentó a toda su familia para que aceptara a aquel hombre con ese apellido pesado, vinculado a algunos de los peores crímenes que ensangrentaron Calabria. Tiempo después, Lo Giudice comenzó a trabajar en el negocio familiar. Luego llegaron dos hijos y, más tarde, problemas económicos y en la relación entre la pareja.
Barbara Corvi y su marido Roberto Lo Giudice en una foto sin fecha
Según trascendió en la investigación, después de haber descubierto la relación extramatrimonial de su esposa, Lo Giudice la obligó a justificarse ante toda la familia, como en una especie de juicio. La violencia del hombre continuó cuando revisó el celular de su esposa y descubrió que no había interrumpido la relación con Carlo, su amante. Eso, en la reconstrucción de los hechos de la Fiscalía, habría desencadenado en el asesinato de Barbara.
Unos días después de la desaparición de Barbara Corvi, su lugar en la casa fue ocupado por la nueva pareja del marido. No era una mujer desconocida, sino de la cuñada de uno de los hermanos Lo Giudice, que llegó a Umbria desde Calabria para “reemplazar” a Barbara en las tareas del hogar y, también, en la relación con Roberto Lo Giudice.
Un punto de inflexión en la investigación fue en julio, cuando Maurizio, arrepentido de la ‘Ndrangheta que vive en La Spezia, dio pistas clave sobre el caso al fiscal Alberto Liguori.
UN FEMICIDIO SIMILAR EN LA MISMA FAMILIA
En el trasfondo de la historia de Barbara Corvi se encuentra el crimen de Angela Costantino, la esposa de otro miembro de la familia Lo Giudice desaparecida en 1994.
Angela Costantino fue asesinada en 1994 por orden de la familia Lo Giudice
Madre de 4 hijos, Costantino fue asesinada a los 25 años por haber iniciado una relación extramarital durante la detención de su esposo en prisión y por quedar embarazada de su amante.
Tras el descubrimiento de la relación extramatrimonial, Angela fue perseguida, golpeada y sedada con psicofármacos. Para confirmar las sospechas del embarazo, los Lo Giudice amenazaron a su hermana con una pistola apuntando a su boca. Luego obligaron a Angela a abortar y posteriormente la desaparecieron. Por el crimen, dos miembros del clan Lo Giudice fueron condenados a 30 años de cárcel en 2012.
Ángela Costantino y Barbara Corvi integran hoy la larga lista de las víctimas inocentes de la mafia.
