Al entrar a su despacho llama la atención un televisor fijado a una pared en el que se reproducen videos de cámaras de seguridad. “Usted supo cuando llegamos a su oficina”, le comenta el equipo de Diario Libre al director general de Migración, Enrique García. Su respuesta es afirmativa.
Desde esa pantalla puede navegar entre una cámara y otra instaladas a kilómetros en la frontera con Haití o en diferentes aeropuertos. Así procura tener una “omnipresencia” en los puntos donde hay inspectores migratorios.
Era una tarde de marzo, cuando García, un abogado de 54 años, con apenas siete meses como titular de Migración, conversó con Diario Libre.
—Usted tiene meses en el cargo y, quizás antes de estar en la posición conocía, escuchaba y leía en la prensa sobre el tema migratorio. Pero, ya estando en esta posición, ¿qué puede definir como lo más complicado del tema migratorio en la República Dominicana?
Yo, que soy abogado de profesión, y que ejercía el derecho migratorio -porque mi oficina trabajaba asuntos de residencia-, pues tenía conocimiento de la materia, por lo menos en el área que tiene que ver con las residencias. La Dirección General de Migración diría que tiene dos espinas dorsales, dos soportes principales: la Dirección de Control Migratorio, que es la que tiene que ver con todos los aeropuertos, con la frontera, con todo lo que tiene que ver con migración, desde el punto de entrada y punto de salida; las marinas, los muelles, los puertos, todo eso lo maneja la Dirección de Control Migratorio. Y la otra dirección es la Dirección de Extranjería, que tiene que ver con todo lo que es la residencia de los extranjeros, los permisos de salida de los menores cuando van a salir, cualquier extranjero que quiere venir a vivir al país y quiere una residencia de trabajo o una reunificación familiar o por negocios –a veces vienen a instalarse inversionistas-. Migración es control migratorio y extranjería, el 90 por ciento.
—¿Y cuál es el dolor de cabeza ahora mismo de esas dos espinas dorsales?
La Dirección de Control Migratorio creo que es la más -no sé si usar la palabra- peligrosa, delicada. Estamos hablando de un ejército de hombres y mujeres que laboran en esa dirección. Le puedo decir a usted que, por ejemplo, tenemos directores de migración a nivel de los aeropuertos -estamos hablando de quizás 700 y 800-, diseminados en Punta Cana, La Romana, Samaná, Santiago, Puerto Plata. Dondequiera que hay un aeropuerto, ahí tenemos los inspectores y los supervisores de control migratorio. Son quienes tienen que velar por que todo extranjero que entre al país, entre de la forma correcta, con su documentación correcta; y el que sale del país también, que no se vaya con documentos falsos.
A veces vivimos desmantelando bandas de falsificadores de pasaportes o de residencias, mandándolos (a los beneficiarios) para España o para Europa u otros países, Estados Unidos. Y hay que mantener ese control, de que no nos burlen como autoridad con documentación falsa. Pero, asimismo, también que no penetren al país extranjeros no deseados, extranjeros que pueden ser buscados por la justicia internacional.
Por eso nosotros mantenemos una estrecha armonía con las agencias de inteligencia: el DNI, Interpol, (Dirección Nacional de Control de) Drogas, Policía Nacional, porque somos el control del país de todo lo que llega y todo lo que sale. Y, a veces, están buscando algún delincuente de esos internacionales y, si viene a la República Dominicana, quien detecta cuando esa persona pone un pie en el aeropuerto es Migración (…) Quizás usted no tiene un impedimento, pero quizás usted cometió un delito y la policía lo está buscando, y se le pone una alerta migratoria, para que cuando usted aparezca en el aeropuerto, entonces poderlo detener con la orden de prisión.
—En los meses que usted tiene en el puesto, ¿le ha tocado desmantelar alguna estructura interna que operaba de manera irregular en una de las cuestiones que me citó?
Estas estructuras se manejan casi siempre externas, en combinación con interna. A veces no, a veces son solamente externas.
Muchas veces hay algún inspector que está ligado a un supervisor, a algún empleado interno, para facilitar y franquear -como le llaman a veces- gente que va con documentos falsos.
Porque a veces las bandas, estas mafias, se arriesgan a mandar a alguien con pasaporte hacia España, por ejemplo, con “machete” o con una residencia falsa, pero ellos, para asegurarse, quieren tener a un inspector adentro que le franquee la salida a ese pasajero.
—¿Y usted ha tenido que cancelar algunos inspectores por eso?
Claro que sí.
—¿Cómo a cuántos?
No puedo decirle exactamente ahora, pero sí vivimos cancelando. Hoy mismo (22 de marzo) mandamos a cancelar dos: un supervisor y un inspector.
—¿Qué hicieron?
Ustedes mismos publicaron algo en Diario Libre.
—¿Sobre unos que viajaban a Guatemala?
Exactamente. En una investigación se ha estado determinado que hay dos personas que no tuvieron el debido cuidado y, por todo eso, estamos cancelando a dos personas. Nosotros somos implacables cuando descubrimos prácticas ilegales, cuando descubrimos componendas. Un error lo puede cometer cualquier ser humano.
—¿Cuánto tiempo pasó desde que asumió el cargo hasta que le tocó cancelar a los primeros por prácticas de ese tipo?
Creo que fue la primera semana. Si buscamos los días que yo llegué -llegamos en agosto 16-, creo que antes de salir septiembre salió en la prensa que se desmantelaba banda en el aeropuerto Las Américas. Eso fue nosotros llegando e inmediatamente se detectó. Inteligencia migratoria -nosotros tenemos un servicio de inteligencia migratoria- detectó una componenda, una mafia externa e interna, que tuvimos que tomar cartas en el asunto. Nosotros vivimos vigilantes, al acecho, del buen comportamiento de todo ese personal de los aeropuertos, pero, usted sabe, son seres humanos.
—Usted que es abogado, ¿entiende que la justicia sanciona como debe ser esos casos que se detectan en instituciones como esta?
A veces esos casos muchas veces no van ni a la justicia porque no tenemos las pruebas correspondientes para ir a sostenerlos en los tribunales. Soy abogado; no voy a llevarlo a usted a la justicia si no tengo un expediente para sustentarlo. A veces muchos casos se caen en la justicia porque no tienen la sustentación legal. Ahora, usted sabe que sucedió el hecho.
—Tiene pruebas internas, pero no de peso para que puedan ser juzgadas
Exacto, pero no para llevarlo a la justicia. ¿Usted ve en las películas americanas cuando dicen que hay pruebas circunstanciales? Entonces, a veces uno tiene pruebas internas de que esa persona lo hizo, de que esa persona estaba en una mafia, pero no tenemos suficientes para llevarlo a los tribunales, para sostenerlo en una acusación penal. Una cosa es una sanción administrativa y otra cosa es la justicia penal, que ya es diferente. Entonces, nosotros, con el código de ética y eso, juzgamos las diferentes amonestaciones; puede ser una simple amonestación, pero puede ser hasta la cancelación.
—Por ejemplo, de los dos que usted mencionó: ¿tienen pruebas suficientes para llevarlos a la justicia?
El Departamento de Inteligencia Migratoria está trabajando en eso porque, según me dicen, hay personas afectadas. Yo les dije que si estaban dispuestos a declarar en la justicia, porque si no, no tengo un caso penal, puedo tener un caso administrativo, pero no tendría un caso penal. Ya todo dependerá de hasta dónde podamos conseguir pruebas suficientes para sostener en la justicia un caso de extorsión, por ejemplo, que es el caso que a veces se da en los aeropuertos, que extorsionan a los pasajeros para que den dinero.
—¿O sea que hay un grupo importante de casos que ocurren, que detecta la Dirección, que se quedan impunes, por así decirlo, por esa falta de pruebas?
No vamos a decir que se quedan impunes, vamos a decir que se quedan en sanciones administrativas.
—Cuando quizás se piensa que deberían pasar a un nivel más alto de sanción
Si nosotros tenemos las pruebas para llevarlo, entonces, a la justicia penal que ya es otro grado, ya ahí es diferente, pero muchos casos, claro, se tienen que quedar en asuntos administrativos (…)
—Ustedes, como Dirección de Migración, se enfocan mucho en la migración de llegada al país. Le quisiera presentar unos datos a ver que opina sobre estos. El departamento de asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas registra que, entre mediados del año 2000 y el 2020, 1,608,567 dominicanos se fueron del país, en cambio, otro estudio de Obmica reporta que al 2019 llegaron al país más de 560 mil extranjeros de distintos países. ¿Qué le parece esa cantidad que llega?
Lo primero que hay que ver es si esos 500,000 que entraron vinieron a residir o si simplemente vinieron de pasada, porque como usted sabe vienen muchos aquí a vacacionar (…)
—A residir, el tema es que esos extranjeros están residiendo
Si están residiendo 500,000, lo primero es que parece que nuestro país está gustando mucho que vienen tantos, verdad (se ríe), a querer residir. Lo segundo es que esos extranjeros tienen que venir a regularizar su estatus migratorio para adquirir una residencia por las diferentes vías que la ley establece. Y, bueno, 500,000 son muchos, son bastante.
Pero lo importante es el estatus legal que ellos deben tener, que no anden -como dicen en el pueblo- como chivo sin ley por la calle, sino que la autoridad los tenga ubicados; que paguen impuestos, que puedan hacer vida, sacar una cuenta bancaria, estudiar en la universidad -si es una persona que tiene deseos de estudiar-. Muchos vienen aquí con visa de estudiante, otros vienen con permiso de trabajo, por ejemplo, vienen muchas personas a trabajar en el sector turismo, a esos grandes hoteles, y vienen luego a regularizar su estatus migratorio, porque usted sabe que, si usted no tiene su documento hábil, el banco, por ponerle un ejemplo, no le da una cuenta bancaria.
—Ahora que menciona la parte de regularización, ¿tienen algún número de cuántos venezolanos ya se han acogido al plan que por resolución dispuso el Gobierno para ellos?
Todavía, el plan comienza a principio de abril. Se dio la resolución, pero eran dos meses después que entraba en vigencia. Esos dos meses era para que la Dirección de Migración armara toda la estructura, que es una estructura compleja. El plan pensamos comenzarlo el 5 de abril. Va a ser una primera etapa digital.
—Este plan, en concreto, ¿en qué beneficia a la comunidad venezolana que está aquí?
Son más de 100,000 venezolanos que tenemos aquí, pero para poner un punto, como le dije, si usted no tiene su estatus legal, usted no puede obtener una cuenta bancaria, usted no puede trabajar porque no tiene documentos para trabajar, no la pueden registrar en la TSS (Tesorería de la Seguridad Social), usted no puede cotizar en la TSS.
Entonces, al venezolano se le está haciendo muy difícil -según lo que me comentan muchos que vienen aquí a veces a preguntar o a tratar problemas-, porque ser ilegal en un país tiene graves consecuencias, y ellos feliz de que nosotros podamos ayudarles a regularizar su estatus legal de migración porque eso les va a permitir a ellos trabajar, que no los extorsionen; a veces les pagan menos en los trabajos porque no tienen documentos. Como usted es ilegal, en vez de pagarle 10, le vamos a pagar cinco. Y me lo han dicho muchos, que lo hacen y, bueno, dice un refrán que la necesidad tiene cara de hereje, y tienen que trabajar a veces subvaluada su capacidad por ese punto de no tener documentación.
—¿Entonces a ellos se les va a permitir conseguir un permiso de qué tipo?
De no residente.
—¿Por cuánto tiempo?
Un carné anual de no residente se les va a dar. El que quiera optar por una residencia formal, ya tendría qué utilizar otro proceso, pero el proceso que se va a abrir en el plan de normalización es para un carné de no residente.
—¿Y puede ser renovable cada año?
Anual.
—Ahora, para obtener la residencia, también es un proceso complicado para ellos. ¿Qué facilidades se les daría si alguien, en vez de obtener este carné anual, opta por la residencia?
Ya la ley te da el procedimiento a seguir si tú quieres un carné de residencia permanente.
—La ley dice que deben ir a su país y, entonces, ir al consulado dominicano allá
No es que no deben ir, es que no debieron venir sin ese (permiso). Si usted está en Venezuela, usted está en España, en Colombia -por poner tres países diferentes-, y usted quiere venir a residir a República Dominicana, lo primero que usted tiene que ver cuál clase de residencia usted quiere. Por ejemplo, si usted tiene un esposo que es dominicano y el esposo está aquí y usted está en Colombia, pues usted puede optar por la visa de reunificación familiar.
—Pero muchos de estos venezolanos que están aquí, vinieron por una coyuntura en su país, vinieron como turistas pensando en otra cosa, y esa es la realidad.
Y eso no les permite entonces hacerse residentes.
—Exacto. Entonces tienen que ir a Venezuela a hacer el procedimiento de ir a una embajada o consulado para que les den el papel o el documento que se requiere, y ahí es que está otra dificultad
Por eso les buscamos la salida del carné de no residente porque la ley no permite darles residencia. Ellos tendrían que volver a su país y, en su país, ante el consulado dominicano, pedir una visa de residencia en sus diferentes categorías. Hay visas de reunificación familiar, hay visas de trabajo, hay visas de inversionistas, entonces, usted como ciudadana venezolana se encajaría en cuál de esas usted puede aplicar (…)
Ahora mismo, un venezolano que se case con usted, regresa a su país y de allá solicita una visa de reunificación familiar, ¿por qué? Porque yo estoy casado con una dominicana. Ya presenta la documentación necesaria, el registro de matrimonio; si tienen hijos, ya el hijo que haya nacido; y el consulado dominicano, entonces, va a evaluar ese expediente, y si usted califica para esa visa de reunificación familiar, se la va a dar. Va a venir al país, y luego viene a la Dirección de Migración a hacerse entonces su residencia.
—¿Y en el caso de que una persona tenga su pareja venezolana y su familia está aquí, y no se va a casar con un dominicano?
Si no está casada con un dominicano, ya no puede utilizar la visa de reunificación familiar, vamos a ver otra. Habría que ver con cuál podría calificar. La de trabajo. Bueno, si de aquí le están ofreciendo una empresa un trabajo, bueno, pues esa empresa, mediante un procedimiento, le hace una oferta de trabajo a él a Venezuela. Él, con la documentación que un abogado le prepara, va al consulado, deposita su expediente, tanto allá como en Cancillería, y podría optar por una residencia de trabajo. Esa es otra modalidad.
—Ese carné que dijo que se va a renovar anual de no residente, ¿qué costo tendría para el venezolano?
Estamos trabajando justamente en ese andamiaje, por eso le dije ahorita que, aunque la resolución salió hace par de meses, vamos a comenzar el 5 de abril, porque se está en el proceso de montaje de la evaluación de costos y todo eso, y todavía no tenemos definitivo ese punto, pero va a ser barato. El presidente de la República no quiere que el costo sea alto como ayuda a una comunidad que queremos ayudarla por la situación que usted misma dijo ahorita en que vinieron al país.
—¿Están preparados para recibir en la primera semana la cantidad de venezolanos que quizás puedan venir a esta oficina?
Por la misma situación de la pandemia hemos estado buscando salidas de no tener presencia. Lo primero es que el venezolano va a tener que solicitar una extensión de su estadía en el país. Ese va a ser el primer paso. Pero, ¿cómo lo vamos a hacer? Digital, por medio del internet. Usted no va a tener que venir a la dirección. Usted va a entrar a la página de Migración, va a buscar un formulario que Migración va a subir, va a llenar ese formulario con los requisitos y los documentos que nosotros le vamos a solicitar, como se hace con la residencia normal. Cuando usted pide residencia, ya usted no viene a la Dirección de Migración, usted lo sube al sistema, entonces así mismo ahora, usted va a subir al sistema el formulario lleno, los documentos que nosotros le solicitemos: copia de pasaporte, etcétera, y eso viene a un departamento de evaluación.
Aquí evaluamos su expediente y, si usted cumplió con los requisitos, le vamos a dar, entonces, una extensión de permanencia en el país, pero usted no va a tener que venir a la Dirección para nada. Luego de que usted obtenga esa extensión de vigencia y su estatus esté legalizado, usted irá al Ministerio de Relaciones Exteriores a buscar la visa de no residente. Ahí le van a poner la visa de no residente. Cuando le pongan la visa de no residente allá, usted volverá a Migración, entonces, a solicitar el carné de no residente. Son tres pasos nada más.Volume 90%
—¿Cuánto tiempo entienden que le llevará al venezolano hacer todo eso?
Nosotros creemos que en 30 o 40 días tendrán los tres pasos, aunque daremos unos 30 días de recepción de documentos (…) Creemos que en 30 o 45 días podrán tener su carné, claro, en la manera en que vayan entrando, porque son muchos.
—¿Cómo ve el escenario en que está el país, de que tiene problemas económicos, es pequeño, y haber recibido entonces esta masa de venezolanos? ¿Los ve como “un problema” al que el país tuvo que buscarle solución o como personas que necesitan ayuda?
Soy un ciudadano más. Aunque ostento la categoría de funcionario ahora, pero creo que cada quien tendría su opinión. Quizás opine de una forma y usted opine de otra. Sí le puedo decir que todo el mundo ha recibido con beneplácito cuando se anunció esta resolución de ayuda a los venezolanos. Nadie la ha criticado, no hemos tenido mayores críticas; bueno, ustedes son la prensa, no sé ustedes qué habrán escuchado, porque a veces uno no está al tanto como ustedes en la calle para escuchar lo que dicen, pero particularmente yo no he recibido críticas de que por qué ustedes van a ayudar a los venezolanos, por qué les están facilitando (su regularización). No, al contrario. Nos han dicho: qué bien, qué bueno que se va a ayudar a esa comunidad; una comunidad trabajadora, que es una migración capacitada.
—Pero que es una migración que también puede quitarle puestos de trabajo al dominicano también calificado
Bueno, podría en un momento determinado, claro, quizás en vez de conseguir un trabajo yo, conseguirlo un venezolano. Eso siempre va a suceder con la migración. Eso es una realidad que puede suceder.
—Otros también dirían por qué a los venezolanos se les ha dado esa facilidad y no se hace un segundo plan de regularización que incluya a los haitianos, como se hizo hace unos años. ¿Se ha contemplado hacer otro plan como el que se hizo hace un tiempo, en el que muchos haitianos se regularizaron?
Eso lo determina el Consejo Nacional de Migración. Migración es el brazo ejecutor de la política migratoria que el Consejo planifica. Ese Consejo está formado por 11 instituciones: Ministerio de Relaciones Exteriores, Interior y Policía -quien lo preside-, Agricultura, Salud Pública, Trabajo, la Junta Central Electoral…; 11 instituciones son las que determinan en un momento cuándo un plan se va a dar o no. Por ejemplo, esto de los venezolanos fue el Consejo que le autorizó a Migración, como brazo ejecutor. Nosotros vamos ahora a cumplir la resolución. ¿Que si el Consejo tiene planteado hacerlo? No sé decirle si tiene planteado en el futuro, pero ahora mismo no tenemos ninguno.
—¿Y no se entiende necesario hablar de eso nuevamente? Porque el plan que se hizo fue en el 2014, y la migración haitiana, aunque las autoridades digan lo contrario, sigue, y puede ser que haya un grupo que se quedó fuera de ese plan porque en ese entonces no pudo aplicar o llegó al país después
Sí, definitivamente la frontera es un punto de entrada de migrantes día a día. Por más que tratemos de controlarlo, no vamos a decir lo contrario. Migración trata a diario de hacer interdicciones, de realizar redadas en busca de ilegales, pero tenemos una realidad que lo vemos ante nuestros ojos, de que hay muchos nacionales del vecino país, Haití, que no están regularizados, y en un momento el Consejo va a tener que tomar cartas en el asunto y va a tener que tratar ese tema.
—También usted ha opinado sobre la tan comentada verja fronteriza que el presidente Abinader anunció en su discurso del pasado 27 de febrero. Explíqueme bien esa verja: ¿de cuántos kilómetros estamos hablando? Porque uno se imaginaría una verja como Trump quería hacer el muro en México, a lo largo la línea divisoria. Aquí en República Dominicana, ¿cuántos kilómetros tendría?
Nosotros tenemos de frontera…
—300 y pico de kilómetros
No, no llega hasta 300. Creo que anda en 293 por ahí, llegando a 300 casi. Esto es un proyecto macro, esto no es simplemente una verja. Primero que no es un muro. La gente piensa a veces en un muro. No, no es un muro, es una verja perimetral.
—¿Una verja como uno se la imagina, de alambre?
¿Usted sabe lo que es malla clónica?
—Exacto
Perfecto.
—Me lo imagino así, como una malla ciclónica
Eso es lo que es (…) En Elías Piña hay varios kilómetros de una verja que hace un tiempo que se instaló. Tiene dos o tres líneas de block, y luego una verja perimetral, y ahí eso contiene una población que hay del lado haitiano, la divide de lado dominicano. Hay como 4 kilómetros, si mal no recuerdo, aproximadamente. Y eso ha sido normal y no ha causado ningún problema ni nada. Entonces esto se enmarca dentro de un plan macro, donde se empieza a tratar el problema fronterizo. En este país nunca se le ha prestado atención a la frontera, nunca se le ha prestado atención.
Esto no es una simple verja, esto será cámara de infrarrojos y una serie de técnicas modernas que se van a implementar en la frontera para tratar de frenar lo más posible la migración ilegal.
—Entonces, ¿esa verja cuántos kilómetros tendría?
Ya eso (se sabrá), cuando tengamos el proyecto definido, los técnicos ya formalmente concluyan. Por eso es que el presidente hablaba -creo que el presidente lo mencionó o el canciller- del segundo semestre de este año. Porque cuando tengamos el proyecto en mano, listo ya, entonces ya sabremos, porque lo más posible es que la verja no sea en toda (la frontera), va a ser en puntos más neurálgicos.
—Pero muchos de los migrantes pasan por los puntos que no son vigilados, que son lugares que, inclusive, no se ve dónde es Haití y dónde es República Dominicana
¿Usted ha ido a la frontera?
—Sí, la he recorrido
No es fácil.
—Por eso se lo digo
Y no es fácil también controlarla. Le reitero: sería muy osado de mi parte decirle dónde será, porque esos serán los técnicos que están trabajando en ese proyecto que en su momento nos dirán a nosotros: miren, por aquí sí, aquí no, por qué aquí no o por qué aquí sí. Quizás se va a investigar qué tanto flujo hay por una parte y por otra. Es decir, al final lo que queremos tener es un buen proyecto, un buen plan, pero en beneficio del país.
—Y si hablamos de algo como una malla ciclónica, no un muro de concreto, ¿cómo esto impediría que un extranjero cruce? Porque también por ahí cruza gente que no son haitianas
Son los mínimos, pero puede suceder.
—Sí, vamos a hablar de extranjeros. ¿Cómo esto impedirá que alguien salte de alguna manera está malla y no cruce por un sitio que no vea que haya vigilancia?
Usted pone candado en su casa para que el ladrón no entre, pero ya usted no puede, a veces, impedir que cuando esté usted dormida a las 2 de la mañana, ese ladrón rompa el llavín y cruce.
Vamos a hacer lo que tengamos que hacer como país para tratar de proteger nuestro país, que es nuestra casa.
Bueno, de que aparezca uno u otro que quiera volarse la malla o quiera cortar la malla, ya en eso estarán las diferentes agencias que convivimos en la frontera: Migración, Cesfront, Ejército; ya habrá patrullaje en la frontera que verificará dónde hubo alguna irrupción. Ya habrá sistemas de alarmas, (que) tendrán esas mallas, que si en un momento la violan, también la alarma se disparará, es decir, habrá diferentes cosas que podrían detectarse, pero ante quien quiera violar la ley, usted no puede hacer nada.
—Y también se ha anunciado que permitiría enfrentar el robo de vehículos y que sean llevados allá, y el contrabando
A veces a mí me dicen: ¿qué va a hacer la malla si se pueden volar? Bueno, pero usted no va a tirar un carro por ahí arriba, ¿verdad? No va a caer el carro tirado por la malla o la vaca. Si usted, que ha visitado la frontera, ha tenido contacto con mucha gente de ahí, usted sabe el grito que hay en los pueblos fronterizos por el robo de reses, robo de motores y robo de vehículos. Incluso es muy común aquí decir cuando no aparece un vehículo: bueno, se lo llevaron para Haití, parece.
A mí me robaron un vehículo que nunca apareció. Era un carro muy famoso en su momento, un Toyota Camry; y me decían: eso se lo llevaron para Haití, que no apareció nunca en el país, porque en algún momento debió aparecer, pero se lo llevan hasta para venderlo por pieza, me dicen. Es decir, con una malla nosotros vamos a controlar, no solamente la migración ilegal, sino los robos, el tráfico y otras ilegalidades.Volume 90%
—También se habla mucho de la migración haitiana aquí, pero en el sentido de la atención médica. Se critica mucho que dan a luz 30,000 y algo de haitianas en los hospitales dominicanos, pero ¿Migración alguna vez ha estudiado cuántas de esas haitianas están en condición migratoria legal y no engrosan ese grupo que viene a ser atendida de forma gratuita?
No, para serle sincera no hay ningún estudio así, imagínese. No sé cuántos hospitales habrá en el país, son tantos hospitales que hay, no sé ese dato, pero no tenemos nosotros un control de saber cuántas. Se supone que los hospitales debieran notificarle a Migración cuando alguien en estado de ilegalidad da a luz en un hospital de esos, pero es algo que nunca se ha hecho en el país, en ninguna gestión se ha hecho de que le notifique el hospital a Migración. Y, bueno, es una realidad que tenemos.
Yo le digo a la gente a veces, a los amigos que me preguntan: miren, Haití es una realidad como vecino dominicano. Tenemos que ver cómo poco a poco vamos organizándonos, porque es nuestro vecino, nos guste o no nos guste. ¿Qué usted hace en su casa cuando usted tiene un vecino que no tiene mucho control con los animales de su casa, con los hijos de su casa, con nada? Bueno, usted trata de proteger la suya, que es lo que está tratando el presidente Luis Abinader, de proteger la frontera ante un país que lamentablemente es muy convulso. Ahora mismo usted sabe que Haití está -como decimos los dominicanos- cogiendo candela por las cuatro esquinas. A nosotros nos llegan los reportes de vandalismo, de secuestro y de todo lo que se hace allí, incendiando bombas de combustible, incendiando agencias de vehículos, almacenes.
Entonces, ¿qué tenemos que hacer nosotros? Bueno, pues poner control nosotros en nuestro país, poner seguridad; de ahí el proyecto de la verja, pero lamentablemente lo de las mujeres parturientas es una realidad también que tenemos en el país.
—Y con la parte del mismo personal de Migración que está en la frontera, es sabido que a veces, junto con los militares, recibe dinero para dejar pasar grupos de haitianos. ¿Usted en su gestión ha detectado ya, ha tenido que cancelar por esta razón?
Sí, he tenido que desvincular personas.
—Por ejemplo, ¿por qué?
Tratamos de no cometer abusos, porque los abusos no son buenos nunca. Pero siempre con informes fidedignos uno trata de llevar las cosas lo mejor posible. Hemos tenido que desvincular a gente, claro; hemos tenido informes de que hay momentos en que se han permitido el paso de ilegales tomándoles dinero o que quizás recibieron soborno para que una persona, que tenía que pagar una estadía mayor, pagara menos. Hay diferentes cosas que pueden hacerse en la frontera, y nosotros hemos desvinculado, el departamento correspondiente ha desvinculado inspectores en la frontera.
—Usted tiene poco tiempo en el puesto y ya habla de varias desvinculaciones; el problema es como un cáncer
Eso es cíclico en Migración. Hay instituciones a las que a veces el ser humano va buscando otra cosa que no es el salario: Migración, Aduanas, son instituciones que a veces se dice: no, que ahí se la puede buscar uno, ahí uno puede picar y, bueno, lamentablemente hay gente que viene con esa mentalidad a trabajar. A veces no ven el salario que les pagan, sino cómo ellos pueden venir al lugar para venir a buscársela -como dicen comúnmente en el pueblo-. Y sí, nos hemos encontrado con eso, y sé que nos vamos a seguir encontrando. Ahora, nosotros tratamos de que se implemente un régimen de consecuencia; el que hizo algo en Migración, sabe que va a tener consecuencias.Volume 90%
—¿No alimentará que eso siga pasando de gestión en gestión el hecho que me comentó hace un rato de que, por la falta de pruebas, no todos los casos pueden ir a la justicia?
Si es por pruebas, te cancelamos y ya no estás trabajando en la institución y tu récord queda manchado. Mira, por ejemplo, a mí me han solicitado empleo para personas que han sido inspectores, y lo primero que digo es: manden a buscar su récord. No, porque lo cancelaron por político. No, vamos, a ver si es verdad; manden a buscar su récord, su expediente. Y, cuando me traen su expediente y aparece que ese inspector fue cancelado por una falta grave, aquí no se le emplea.
—Pero puede buscar trabajo, inclusive, en el sector privado
Podría ser así, pero ya eso no lo puedo controlar, porque sería abusivo que a un ser humano también se le someta a la justicia cuando no está la prueba correspondiente, y de ahí vienen los casos que se caen tanto en la justicia y luego se dice: la justicia no funciona; no, no es que no funciona, no había pruebas suficientes (…)
—Hay sectores locales y fuera del país que se mantienen comentando que la República Dominicana es racista, especialmente con los haitianos; inclusive, lo ponen en la parte histórica
Este es un país de negros. Mire, yo soy un negrito.
—¿Cómo usted ve esas aseveraciones que hacen grupos locales y de fuera, usted que maneja la parte migratoria del país?
No, ¡qué racial! Nosotros somos negros. Eso no es verdad que aquí hay ningún racismo. Ahora, claro, los que defendemos nuestra nacionalidad, defendemos nuestra dominicanidad, y vamos a protegerla.
Pero, a veces, hay sectores que quisieran, por ejemplo, que la frontera la quitemos y que unamos los dos países, y tampoco así. Cada país en su lugar, con el respeto de cada quien, con la soberanía de cada quien.
Y le reitero: como aquel país está tan desorganizado lamentablemente, pues nosotros tenemos que poner orden en el nuestro. A veces hay personas que no están de acuerdo con el orden que uno le ponga, pues ese es su comentario o es su opinión en democracia y, aunque no se lo compartimos, se lo respetamos. Pero desde el gobierno vamos a hacer todo lo que tengamos que hacer para proteger nuestra nacionalidad, proteger nuestra soberanía y proteger nuestro país, eso sin tener que maltratar a nadie, sin tener que violar los derechos humanos, sin tener que violar el debido proceso.
—Hay muchos dominicanos en el extranjero. La diáspora se calcula en más de 2 millones. El dominicano emigra mucho, pero no le gusta que vengan acá a la República Dominicana. ¿Usted lo cree así?
No, permítame, yo disiento de usted. Usted me preguntó ahorita por los venezolanos, y le dije que no, que los dominicanos mejor han visto bien ese plan de los venezolanos. Lo que pasa es que, cuando vamos a hacer ese análisis, tenemos que recordar la historia dominicana con Haití.
No es lo mismo cuando viene un colombiano, un venezolano, un italiano al país, a cuando viene un haitiano, porque tenemos una historia con Haití.
Respondemos que nosotros somos, creo, la única colonia de España que no se independizó de España, se independizó de Haití. Fue en el año 1844. Entonces, es una historia que tenemos de conflicto con Haití. Esto no fue hoy ni fue ayer, es desde nuestro nacimiento. Entonces, el dominicano es celoso de su nacionalidad; bueno, pues evalúa todas esas cosas. Nosotros nunca vamos a tener a Venezuela, ni a Colombia, ni a Italia, ni a España viviendo aquí con nosotros, (gente de) esos países. Podemos tener colonia de ellos que vengan, como las tenemos.
Ahora, usted sí sabe muy bien que, si abrimos la frontera, vamos a tener a Haití viviendo aquí, pero ni siquiera quizás es porque ellos quieran, sino por la necesidad, pues su país es un país prácticamente invivible. Ahora mismo lo que hay es una guerra civil prácticamente en Haití, entonces la situación que ellos tienen allá ¿los empuja hacia dónde? Los empuja hacia Dominicana.
Y yo le voy a hacer una pregunta a usted: si su vecino está tan mal, que se viven matando en la casa de al lado, y viven 10: padre, madre y ocho hijos, y quieren irse para su casa y entrar a su patio, entrar a su sala, ¿usted no va a poner control? Lo más seguro es que usted va a querer poner una verja para que no le entren a su casa, como vivimos todos en nuestra casa, y vivimos encerrados. Yo no creo que usted ni yo ni nadie le va a permitir a los vecinos que nos entren a la casa nuestra sin hablar con nosotros, y que lleguen a las 12 del día y se sienten en la mesa a comer y que se coman la comida de los hijos suyos. Claro, eso no significa que usted por solidaridad no le dé un plato de comida, perfecto, y no sé si me entiendes con lo que digo. El asunto es que con el país haitiano la situación es diferente a otros países, y hay que evaluar esto muy bien.
Pero siempre digo algo: hay que convivir con Haití, son nuestros vecinos y no se van a mudar. Ese vecino compró la casa de al lado y no se va a ir de ahí.
Entonces, ¿qué es lo que tenemos que hacer? Poner las reglas de juego lo más clara posible cada uno, y aprender a convivir con ellos y llevar la situación de la mejor manera.
—Al principio de esta conversación le pregunté que cuál era el dolor de cabeza de la migración en el país, ¿pudiera decir que es la migración haitiana?
Indiscutiblemente. No decirlo sería mentirme yo mismo. El problema haitiano es nuestro mayor problema en cuanto a la migración. La demás migración se controla por los aeropuertos sin mayor problema. La gran cantidad de venezolanos que tenemos aquí sucedió porque en el año del 2019 hacia atrás, no se les pedía visa a los venezolanos, simplemente venían con una tarjeta de turista. Y entraron entonces una cantidad significativa. Pero tan pronto el país decidió ponerles visa a los venezolanos, eso se frenó.
Aquí entra quién quiera el país que entre, porque en los aeropuertos usted tiene control total. ¿Dónde no tenemos control total tan fácil? En la frontera, y usted la conoce. Hablamos casi de 300 kilómetros de frontera, que es muy difícil controlarla totalmente, muy difícil.