Este viernes se cumplen dos años desde que un decreto en el Diario Oficial de la Federación (DOF) oficializó la creación de la Guardia Nacional, la institución clave del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para alcanzar su objetivo de pacificar al país latinoamericano.
Con más de 100.000 elementos incorporados a las filas de la Guardia Nacional, la Administración de López Obrador ha presumido que hay una mejor cobertura territorial y coordinación institucional para atender la inseguridad en el país y, como muestra, refieren que algunos delitos han ido a la baja como resultado de esta estrategia nacional.
Los objetivos
Desde su campaña presidencial, López Obrador fue uno de los mayores críticos de la militarización de la seguridad pública, que se profundizó a principios de 2007 con el panista Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), bajo la excusa de combatir a los cárteles del narcotráfico, y se extendió con la llegada del priista Enrique Peña Nieto (2012-2018) al poder. Esta ruta fue desastrosa para el país, con un aumento dramático en el número de asesinatos, desapariciones y violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.
La Guardia Nacional cuenta actualmente con 101.561 miembros, de los cuales, 80.145 efectivos están desplegados en el territorio
López Obrador apuntó en 2018 que la Guardia Nacional resolvería «el vacío legal» de las Fuerzas Armadas al participar en las «labores de policía», además de atender la falta de una «institución policial profesional» en México que fuese capaz de afrontar «el desafío de la inseguridad y la violencia».
Con la mayoría en el Congreso, López Obrador logró que se aprobasen las diversas reformas constitucionales que dieron forma a esta nueva «institución policial de carácter civil», que contaría con elementos de la Policía Federal y de las Fuerzas Armadas.
En la Ley de la Guardia Nacional se estableció que mientras la institución desarrollaba su estructura y capacitación, el presidente podía «disponer de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública». Esta facultad «extraordinaria» para utilizar a militares fue limitada a un plazo de cinco años, es decir, hasta el 23 de marzo de 2024. No obstante, recibió muchas críticas por parte de los sectores de la sociedad civil, que catalogaron esta acción como inconstitucional.
¿Cómo se compone?
La Guardia Nacional cuenta actualmente con 101.561 miembros, de los cuales, 80.145 efectivos están desplegados en el territorio, realizando diversas actividades: construcción de paz; protección marítima y portuaria; operación de búsqueda y rescate; y atención de desastres naturales y en emergencias sanitarias durante la pandemia del covid-19.
A la par de estas actividades, la Guardia Nacional participa recurrentemente en operativos de control migratorio en la frontera sur de México; en decomisos de drogas y armas; en el combate al robo de combustible; en cuidar la entrega de programas sociales en las comunidades; y hasta en el aseguramiento de animales transportados ilegalmente.
A dos años de haberse creado, la Guardia Nacional navega entre inconsistencias: está conformada por una gran mayoría de elementos de las Fuerzas Armadas, lo que la aleja de la institución «civil» que se anunció. Además, sus integrantes no han recibido la capacitación y certificación que les ordenaba la ley.
Solo uno de cada diez elementos de la institución están debidamente formados y evaluados
En febrero pasado, el sitio Animal Político informó que de los 100.528 elementos que conformaban la institución, 59.565 eran policías militares provenientes de la Defensa Nacional; 15.211 fueron adheridos desde la Secretaría de Marina; y 25.752 desde la extinta Policía Federal.
Asimismo, la Ley de la Guardia Nacional estableció que en plazo máximo de dos años (27 de mayo de 2021), los integrantes debían contar con el Certificado Único Policial, que acredita que tienen los conocimientos, el perfil, las habilidades y las aptitudes necesarias para el desempeño de su cargo.
Sin embargo, solo 9.031 miembros de la Guardia Nacional cuentan con el Certificado Único Policial, lo que implica que uno de cada diez elementos de la institución están debidamente formados y evaluados.
La formación y mando militar de la Guardia Nacional, así como la falta de acreditación de sus elementos en el proceso de formación han sido fuentes de críticas a la institución y al Gobierno de López Obrador, que durante su campaña habló de pacificar al país y de dar un giro en la estrategia de militarización implementada por sus antecesores.
En este proceso de la militarización en las labores de seguridad pública también son corresponsables los gobernadores de los 32 estados, quienes en muchos casos, no fortalecen a sus instituciones policiales, pero piden ayuda a la Federación cuando experimentan una crisis de violencia y requieren de manera urgente el apoyo de las Fuerzas Armadas o la Guardia Nacional.
¿Cambio de estrategia?
El Programa de Seguridad Ciudadana de la Universidad Iberoamericana argumenta que la Guardia Nacional «no presenta un cambio operativo o estratégico«, al compararse «con el uso de las Fuerzas Armadas durante los dos sexenios previos».
En todo caso, esta institución de seguridad destaca por su «extensión y ampliación del despliegue militar», según explican en un estudio.
México continúa experimentando una grave crisis de violencia, ya que una persona es asesinada cada 25 minutos y cada 9 horas se suma una nueva víctima de feminicidio
Además, refieren que se trata de una «organización de mando e identidad primariamente militar, sin controles civiles independientes o garantías de supervisión civil de su actuación en el campo».
Desde la Administración de López Obrador defienden que la estrategia de seguridad con la Guardia Nacional, que implicó su despliegue estratégico en 266 coordinaciones territoriales, ha tenido buenos resultados.
Disminución de delitos
Citando estadísticas oficiales, el Observatorio Nacional Ciudadano documentó que entre 2019 y 2020, la tasa de homicidio doloso por cada 100.000 habitantes pasó de 28,28 a 27,92, lo que representó una disminución del -1,28 %.
En el caso de feminicidio, la tasa se mantuvo casi igual, al pasar de 0,77 % a 0,76 %, entre los dos años referidos.
Pese a esta ligera caída, México continúa experimentando una grave crisis de violencia, ya que una persona es asesinada cada 25 minutos y cada 9 horas se suma una nueva víctima de feminicidio en el país, según resumió la citada organización en un informe.
Otros delitos de alto impacto también tuvieron importantes disminuciones al comparar 2019 con 2020: el secuestro registró una baja del -36,96 % en su tasa por cada 100.000 habitantes; la caída en la trata de personas fue del -1,74 %; la tasa del robo con violencia fue a la baja en un 21,79 %.
A dos años de su creación, la Guardia Nacional se aleja de la vía civil, mientras enfrenta múltiples retos institucionales y afronta el desafío de lograr la apresurada capacitación en sus filas.