Más de dos semanas después de que el inmigrante mexicano Edward Alonso Castillo tuviera que ser trasladado a un hospital desde la Cárcel de Inmigración del Condado de Orange donde se encontraba esperando su deportación, tras sufrir fuertes dolores en el pecho, un juez de Inmigración le otorgó el derecho a que, por ‘temor razonable’, su caso de asilo sea revisado lo que por el momento frena su proceso de remoción del país.
Pero a pesar de esta decisión judicial a su favor y a su delicado estado de salud, activistas y familiares denuncian que ‘La Migra’ todavía se niega a liberar al inmigrante.
Alonso, un padre residente de Queens quien sufrió un accidente cerebrovascular, usa un monitor cardíaco y ha estado experimentando fuertes dolores de cabeza y otros síntomas de mala salud, fue detenido por agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) el 28 de enero, ocho días después que el presidente Joe Biden tomara posesión, a pesar de no cumplir con los nuevos criterios de prioridad de deportación impuestos por la recién inaugurada Administración federal.
Pero con la nueva decisión del juez, dada a conocer el 11 de marzo, ahora Alonso podrá continuar luchando contra su proceso de deportación y evitar que ICE lo remueva del país mientras se revisa su caso de asilo en la corte.
La organización ‘Make the Road New York’ (MRNY) aseguró la semana pasada que ICE emitió una negativa a la petición de liberar a Alonso, y esa es una decisión que según los activistas prueba que esa agencia “se niega a cumplir con las nuevas pautas de la Administración y continúa poniendo en peligro la vida de los neoyorquinos y otros inmigrantes con problemas de salud graves. Como resultado, Alonso permanece bajo custodia de ICE en la Cárcel del Condado de Orange en Goshen, Nueva York, separado de su familia innecesariamente”.
Las nuevas políticas migratorias a las que se refiere MRNY, fueron las emitidas en enero por la Administración Biden sobre los casos de inmigrantes que no son una prioridad de deportación, al no representar una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad fronteriza o la seguridad pública en general, al no haber sido condenado por un crimen grave o relacionado con pandillas.
El mes pasado, en nombre de Alonso y su familia, MRNY presentó una solicitud formal pidiendo a ICE que lo liberara inmediatamente debido a su delicado estado de salud y el alto riesgo de sufrir complicaciones graves por el COVID-19 debido a sus afecciones subyacentes, y solicitaron que suspendiera su deportación. A su vez, los parientes también están luchando para lograr que salga del centro de detención y han conseguido hasta ahora que casi mil miembros de la comunidad hayan firmado una petición online apoyando la demanda de los familiares.
“Alonso debe ser puesto en libertad de inmediato. Durante el último mes, nuestra familia ha estado preocupada por su salud. Alonso ha pasado más de un mes con un dolor agonizante y lejos de su familia, y se merece estar en casa, donde pertenece. Pido a ICE que lo libere para que pueda estar con sus hijos y recibir la atención médica adecuada que necesita”, indicó Rocío Molina, la pareja del inmigrante.
En peligro de muerte
Desde que fue detenido, Alonso ha pasado cuatro días hospitalizado, y una revisión médica reciente de sus registros concluyó que tiene un alto riesgo de complicaciones de salud, como otro derrame cerebral, coágulos de sangre e incluso la muerte. Según indicó MRNY en un comunicado, un médico concluyó que no ha recibido la atención especializada que necesita en la cárcel y que debe ser puesto en libertad de inmediato para buscar atención médica urgente.
“Estamos contentos de que Alonso haya ganado su audiencia de revisión de miedo razonable, pero no dejaremos de pelear hasta que Alonso esté en casa con su familia donde pueda buscar el tratamiento médico que necesita desesperadamente”, indicó Jackie Pearce, abogada de Respuesta a Redadas en MRNY, agregando que la decisión de ICE “muestra que incluso bajo una nueva Aadministración, esa agencia se niega a adherirse a la guía emitida por Washington D.C. y continúa teniendo un indiferente desprecio por su salud y el bienestar de todos los detenidos que continúa recluyendo en las cárceles de todo el país”.
Alonso reside desde hace mucho tiempo en Queens y es copropietario de un negocio familiar en Long Island. Durante el apogeo de la pandemia, junto a su pareja y socia Rocío, donaron alimentos de su negocio ‘Babylon Bagel’, a trabajadores y hospitales esenciales en ese suburbio. También repartieron comida gratis en las esquinas de Queens a muchos inmigrantes que, como ellos, no calificaban para recibir ayuda federal.
Alonso tiene tres hijos nacidos en Estados Unidos y ha sido una figura paterna para los hijos ciudadanos estadounidenses de Rocío.