El Gobierno del presidente Joe Biden está enfrentando un sorpresivo incremento de arribos de familias y niños no acompañados en la frontera, pero las autoridades no se animan a calificar la situación como una “crisis”, sino como una especie de “emergencia”.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está tomando cartas en el asunto, al tiempo que los republicanos aprovechan para lanzar críticas a los demócratas, quienes no esperan quedarse callados, como la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (California), quien acusó al gobierno de Donald Trump de establecer el escenario para la situación que vive la frontera.
“Los hechos son estos: hay más niños. Cerca de 600, 700 niños más, niños no acompañados, cruzan la frontera. Se trata de un desafío humanitario para todos nosotros”, dijo Pelosi en ABC News. “Lo que la administración ha heredado es un sistema roto en la frontera y están trabajando para corregir eso en el interés de los niños”.
El viernes, en una llamada con periodistas, la Administración Biden reconoció la “emergencia” y busca atajarla desde distintas formas, incluyendo atención apresurada de los menores, para enviarlos a refugios del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
La semana pasada, las autoridades procesaron a más de 3,500 niños, según sus propias estadísticas, el mayor número sobre menores atendidos por DHS.
Ayuda de FEMA
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, ordenó a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) apoyar durante 90 días los esfuerzos en la frontera, a fin de albergar y transferir de manera segura a los niños.
“El Gobierno federal está respondiendo a la llegada de un número récord de personas, incluidos niños no acompañados, a la frontera suroeste”, indicó Mayorkas.
Atribuyó el incremento, registrado desde abril del 2020, a la violencia en países de Centroamérica, los desastres naturales, la inseguridad alimentaria y la pobreza en los países del Triángulo Norte.
Mayorkas indicó que se busca procesar lo antes posible a los menores, a fin de que puedan ser reclamados por algún patrocinador o familiar.
“Estoy agradecido por el talento excepcional y la capacidad de respuesta del equipo de FEMA”, dijo. “Estoy increíblemente orgulloso de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que han estado trabajando día y noche en circunstancias difíciles para cuidar de los niños temporalmente bajo nuestro cuidado”.
El Secretario aseguró que se priorizan la seguridad y los derechos de los menores.
“La fuerza laboral del DHS, incluida la CBP, el Servicio de Protección Federal, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas y los voluntarios de todo el Departamento a través de la Fuerza de Voluntarios del DHS, ayudarán a proporcionar capacidad de refugio, seguridad y otro tipo de apoyo”, adelantó.
Piden “no venir ahora”
Desde hace varias semanas, la Administración Biden ha señalado que “no es momento” para que los inmigrantes viajen a los EE.UU., debido a las complicaciones de la pandemia de COVID-19, así como la inseguridad en el trayecto.
En conferencias con reporteros, oficiales responsables de inmigración de la Casa Blanca han insistido en enviar ese mensaje.
La portavoz Jen Psaki ha repetido lo mismo en sus conferencias de prensa. “Ahora no es momento de venir”, ha expresado, al tiempo que advirtió de los procesos de deportación de quien ingrese irregularmente. El secretario Mayorkas está en el mismo tenor.
“Nunca es seguro venir a Estados Unidos a través de canales irregulares y esto es particularmente cierto durante una pandemia”, dijo Mayorkas. “Para proteger eficazmente tanto la salud y la seguridad de los migrantes como de nuestras comunidades de la propagación del COVID-19, a las personas detenidas en la frontera se les sigue negando la entrada y se les retorna”.
Es seguro ayudar a niños
Durante la Administración Trump se intentó enfrentar la crisis migratoria enjaulando a menores, además de enviarlos a refugios donde pocas personas podía reclamarlos, ya que sus parientes o conocidos en EE.UU. temían ser detenidos por ICE.
El viernes pasado, la Administración Biden terminó con un acuerdo de colaboración que permitía a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) dar acceso a ICE para registrar huellas digitales, fotografías y otra información de los inmigrantes que buscaban patrocinar un niño.
“Hoy [termina] un acuerdo de 2018 que socavaba los intereses de los menores y que tenía un efecto aterrador en los posibles patrocinadores (generalmente un padre o una persona cercana) interesados en patrocinar a un menor”, confirmó el DHS.