24 de noviembre de 2024

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«El diablo ya está aquí»: ¿Qué se sabe de la cepa californiana del coronavirus que se ha detectado en España?

Aunque todavía no hay estudios exhaustivos sobre esta nueva variante, algunos científicos advierten que podría ser más mortal, más transmisible y más resistente a las vacunas.

El Ministerio de Sanidad de España ha informado esta semana de la detección de los primeros seis casos de la variante californiana del coronavirus en un cribado aleatorio. Aunque todavía no hay estudios exhaustivos sobre esta nueva cepa, algunos científicos advierten que reúne las peores características: podría ser más mortal, más transmisible y más resistente a las vacunas.

¿De qué se trata?

La variante B.1.427/B.1.429 del SARS-CoV-2 se conoce como variante californiana por haberse identificado por primera vez en ese estado de EE.UU. La cepa fue descubierta por dos equipos de investigación separados a principios de este año.   

«El diablo ya está aquí», declaró recientemente a Los Angeles Times Charles Chiu, investigador de enfermedades infecciosas y médico de la Universidad de California en San Francisco, quien dirige uno de los análisis de la nueva variante. Su investigación sugiere que esta cepa del virus viene circulando en California desde mayo de 2020.

Según el estudio, el genoma de la nueva cepa incluye, entre otras, tres mutaciones que involucran la proteína de pico, la parte del virus que se une a las células para poder infectarlas. En general, el análisis de la Universidad de California estima que la «B.1.427 / B.1.429 debería designarse, probablemente como una variante de preocupación». 

¿Más contagiosa?

En declaraciones a The New York Times, Eric Vail, director de patología molecular del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles, que llevó a cargo otro estudio, se mostró «bastante seguro» en enero de que se trata de «una cepa más infecciosa del virus». 

Ambos estudios sugieren que el virus mutado se ha propagado rápidamente por California. Los hallazgos preliminares del equipo de Cedars-Sinai mostraron que, si bien la cepa era casi inexistente en octubre, dos meses después acabó representando el 36,4 % de las muestras de virus de los pacientes del centro y el 24 % de todas las muestras del sur de California.

Tras analizar 2.172 muestras de virus recolectadas en 44 condados del estado, la investigación de la Universidad de California concluyó que la prevalencia de la cepa pasó del 0 % en septiembre a más del 50 % en enero. Chiu estima que para finales de marzo, la cepa, probablemente, representará el 90 % de las infecciones del estado.

Además, los científicos encontraron que las personas infectadas con esta cepa portan, aproximadamente, el doble de virus en la nariz que cuando se infectan con otras cepas, lo que les permitiría infectar a otras de forma más sencilla.

¿Más mortal?

Aunque por ahora es difícil de responder con exactitud, tras revisar 324 casos el estudio de la Universidad de California sugiere que los pacientes infectados con esta variante tenían 4,8 veces más probabilidades de ser hospitalizados en la unidad de cuidados intensivos y más de 11 veces más probabilidades de morir que aquellas con otras cepas virales. Sin embargo, el tamaño de la muestra era pequeño, por lo que los científicos sugieren que se compare este hallazgo preliminar con conjuntos de datos más grandes a medida que estén disponibles.

¿Afectará a la efectividad de las vacunas?

La cepa de California también reveló una mayor resistencia ante los anticuerpos neutralizantes generados en respuesta a las vacunas contra el covid-19, así como a una infección previa por coronavirus. En comparación con otras variantes, la reducción en la protección fue «moderada» aunque «significativa», indican los investigadores de la Universidad de California.

«Anticipo que con el tiempo tendrá un efecto sobre la vacunación«, enfatiza Chiu. Según estima, aunque la magnitud del efecto varió de una muestra a otra y fue menos pronunciada que con la cepa de Sudáfrica, «todavía es preocupante».

Por su parte, Michael Ben-Aderet, un investigador de Cedars-Sinai que no participó en la investigación del centro, indicó a primeros de febrero que «es muy posible que todas las variantes sean solo parte de la replicación viral normal y no necesitaremos nada nuevo».

La mejor forma de evitar que el virus cambie es detener la propagación en general. «Si hay menos virus en circulación y menos transmisión, se rompe el ciclo», argumenta Ben-Aderet.