El gobierno del presidente Joe Biden analiza soluciones sobre la crisis migratoria en la frontera con México, donde se reporta un incremento de inmigrantes detenidos, varios de ellos niños no acompaños, según estadísticas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
El 4 de marzo, por ejemplo, la Unidad de Patrulla Caballos de la Patrulla Fronteriza del Sector Laredo detuvo a 125 no-ciudadanos, quienes viajaban en grupos de 60, 14, 8 y otros más pequeños. Las detenciones se hicieron en menos de 12 horas.
En medio de críticas crecientes de republicanos y sus aliados, la Administración Biden intenta “restaurar el orden y la humanidad” en el sistema migratorio. El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, lidera esos esfuerzos, para lo cual viajó con un grupo de colaboradores a la frontera, específicamente a una instalación de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados de la Oficina de Salud y Servicios Humanos.
“Los altos funcionarios de la administración recibieron información operativa, actualizaciones y recorridos por las instalaciones”, informó el DHS. “Hablaron sobre las necesidades de capacidad dada la cantidad de niños y familias no acompañados que llegan”.
El incremento de arribos y detenciones ha sido sostenido desde octubre (71,922), cuando arrancó el año fiscal 2021. En noviembre se reportaron 72,091 casos; en diciembre 73,923, y en enero 78,323.
De hecho, las 78,323 detenciones en enero representan el número más alto registrado sobre inmigrantes intentando ingresar por la frontera con México en los últimos meses, aunque la Administración Biden comenzó el día 20. El mismo mes en 2020 con el gobierno de Donald Trump se registraron 36,585; en 2019 fueron 58,317 y en 2018 un total de 35,905.
El DHS acusa a la Administración Trump de haber “destruido” el sistema de inmigración y reconoce serios “desafíos” para su restauración, incluida la “infraestructura fronteriza”.
La crisis en la frontera es más visible también tras el fatal accidente donde murieron 13 indocumentados, que eran parte de un grupo de 25 personas que viajaban en una SUV en California.
Priorizar a niños
A finales de febrero, la Administración Biden enfrentó críticas incluso de su partido, como la representante Alexandria Ocasio-Cortez (Nueva York), por la reapertura de centros de retención en Texas, en donde el gobierno anterior encerró a niños en jaulas.
“Esto no está bien, nunca ha estado bien, nunca estará bien – no importa la administración ni el partido”, dijo Ocasio-Cortez.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, defendió la estrategia para atender a los niños en una forma de reconocer el incremento de menores sin padres y enfatizó que los menores no son enjaulados.
“Primero, la política de esta administración, como todos saben… no es expulsar a los niños no acompañados que llegan a la frontera”, indicó. “Y el proceso, cómo funciona, es que el Control de Aduanas y Fronteras continúe transfiriendo a los niños no acompañados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados del HHS. Eso puede llevar un par de días. Solo quiero dar este contexto, ya que la gente necesita entender el proceso”.
El DHS reafirma la postura expresada entonces por Psaki, luego del viaje del secretario Mayorkas, junto con Susan Rice, asesora de Política Nacional de la Casa Blanca; Liz Sherwood-Randall, asesora adjunta de Seguridad Nacional (NSC); Julie Rodríguez, directora de la Oficina de Asuntos Intergubernamentales; Julissa Reynoso, jefa de gabinete de la Primera Dama, y Norris Cochran, secretario interino de Salud y Servicios Humanos, entre otros.
“Hablaron sobre las necesidades de capacidad, debido a la cantidad de familias y niños no acompañados que llegan a nuestra frontera”, indicó el Gobierno en un reporte. “(Se habló) de las mejoras que deben realizarse para restaurar procedimientos seguros y eficientes para procesar, albergar y enviar a los niños no acompañados con familiares o patrocinadores”.
Republicanos presionan
En un mensaje contradictorio, el gobernador de Texas, Greg Abbott, acusó a la Administración Biden de liberar a indocumentados “sin aplicarles la prueba de COVID-19”, cuando el republicano ha ordenado a la entidad “volver a la normalidad” en medio de casos crecientes de coronavirus, incluido retirar el uso obligatorio de mascarillas.
Por otro lado, el representante Lance Gooden (Texas) enviará una carta al presidente Biden para que reconozca una crisis en la frontera sur, reportó el Daily Caller, que tuvo acceso a la misiva.
“El presidente Donald Trump declaró una emergencia nacional en la Proclamación 9844 el 15 de febrero de 2019″, se cita sobre la carta. “Su administración emitió una proclamación en su primer día en el cargo, indicando que la declaración de emergencia no estaba justificada. Le pedimos que reconsidere su posición a la luz de los acontecimientos posteriores“.
Los republicanos encuentran respaldo en el expresidente Trump, quien retomó su dura postura contra inmigrantes y se espera que intensifique ese discurso conforme normalice su vida política y pública.
“Cuando dejé el cargo, habíamos logrado la frontera más segura en la historia de nuestro país. Bajo Biden, pronto será peor, más peligrosa y más fuera de control que nunca”, acusó a Trump en un comunicado la semana pasada.
La portavoz Psaki, al responder pregunta expresa sobre la postura de Trump, dijo que la Administración Biden, no tomaba consejo del expresidente en materia migratoria.
El secretario Mayorkas dijo la semana pasada que no está pidiendo a inmigrantes no viajar nunca a EE.UU., pero “no ahora”, expresó.