Este viernes, el Papa Francisco inició su histórica visita a Irak, país del Medio Oriente, en donde la minoría de la población que practica el cristianismo ha sido atacada en los últimos años, por grupos fundamentalistas, como el Estado Islámico (EI) que, entre otros ataques, ha destruido más de 30 iglesias.
En un informe realizado recientemente por la Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), por motivo de la visita del Papa, se señala que en Irak, son menos del 5% de la población general del país los pertenecientes al cristianismo, que según la asociación pontificia, hasta 2020 eran unas 40 millones de personas.
El programa del viaje del Papa incluye encuentros con las autoridades civiles, con los obispos, momentos de oración y homenaje a las víctimas de persecución y asesinatos a manos de ISIS, además de un encuentro interreligioso.
Durante los ataques perpetrados por ISIS a la religión cristiana, aproximadamente 34 iglesias fueron totalmente destruidas en el país, mientras que 197 fueron parcialmente destruidas.
Foto del viernes del Presidente de Irak, Barham Salih, dándole la bienvenida al Papa Francisco en una ceremonia en Bagdad. Mar 5, 2021. REUTERS/Khalid al-Mousily
Estos daños se dieron en las 363 propiedades de la iglesia, entre las que están salones, jardines, salas de catequesis, que de alguna forma fueron dañadas.
Una de las iglesias más emblemáticas que fue destruida, es Al-Tahira en Qaraqosh, que está dedicada a la Inmaculada Concepción. La iglesia construida en 1932, y ha sido severamente dañada, incendiada, además de que se han saqueado objetos de valor y muebles. La torre de reloj de la iglesia fue dinamitada, y numerosas pinturas y objetos religiosos quedaron gravemente dañados.
Con apoyo de varias instituciones, la iglesia ha sido restaurada y será uno de los lugares que el Papa Francisco visitará en su viaje al país del Medio Oriente.
Otro templo que fue dañado durante este tiempo de violencia y persecución fue la iglesia de San Jorge, ubicada en la aldea de Teleskuf, y que se convirtió en 2017 en el primer templo católico de la llanura de Nínive reconstruido tras la expulsión del Estado Islámico.
En Irak, muy pocas personas practican el cristianismo. REUTERS/Thaier al-Sudani
Monasterios y conventos también fueron atacados, como el convento de Nuestra Señora del Rosario en Teleskuf y el Monasterio de los Mártires Mar Behnam y Marth Sarah en Qaraqosh.
La comunidad cristiana en Irak se ha disminuido drásticamente, pues en 2003 eran aproximadamente, un millón y medio de feligreses, mientras que actualmente hay unos 205 mil personas creyentes de esta religión.
Más del 50% de la población cristiana en Irak, escapó del país cuando comenzaron a ser atacados por el Estado Islámico, e incluso tuvieron que vivir en campos de refugiados.
Aunque hay un grupo de personas que han podido regresar al país, por la ayuda que han recibido para la reconstrucción, hay todavía miedo en temas de seguridad, por lo que para esa minoría cristiana, la visita del Papa Francisco significa un signo de esperanza.
Foto del viernes del Papa Francisco en el Palacio Presidencial en Bagdad. Mar 5, 2021. REUTERS/Yara Nardi
En 2015, un grupo de terroristas del Estado Islámico, también dinamitaron el monasterio Católico de los mártires San Behnam y su hermana Sara ubicado cerca de la ciudad de Bakhdida, al norte de Irak.
Dicho monasterio fue construido en el siglo IV, por el rey asirio Senchareb y fue tomado por los militantes del Estado Islámico durante su expansión al norte del país en julio del 2014.
Los viajes del Papa Francisco se han distinguido de sus antecesores por que no han sido a grandes centros católicos en el mundo, como Europa, Sudamérica y regiones de África, sino que ha viajado a donde el cristianismo es minoría.
El viaje de este viernes, es el primero en 15 meses para el santo padre, esto por la pandemia de coronavirus que azota al mundo entero.
El Papa fue recibido este viernes por el primer ministro del país medio-oriental, Mustafa al Kazemi, en el aeropuerto de Bagdag. La visita en aquél país durará tres días, y ha sido clasificada de alto riesgo, principalmente por la seguridad del sumo pontífice, de la cual se encargarán al rededor de 10 mil personas, además de razones sanitarias por la pandemia de COVID-19, que en aquél país ha pegado duramente en los últimos meses, pues desde enero se han triplicado los caos.