Más de 2,4 millones de personas recibieron una vacuna contra el COVID-19 este viernes, un nuevo récord en la campaña de inoculación del país, cuya velocidad ha aumentado de manera sensible durante las últimas semanas.
Según datos de los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), ya se han distribuído más de 114 millones de vacunas a nivel nacional, de las cuales más de 85 millones han sido aplicadas. Según el sitio especializado en estadísticas Our World in Data, el país está cuarto a nivel global en cuanto a cantidad de vacunas aplicadas por cada 100 habitantes, solo después del Reino Unido, los Emiratos Árabes Unidos e Israel.
Esas cifras muestran que el 16,7 por ciento de la población ha recibido una dosis de la vacuna, mientras que el 8,6 se ha aplicado dos. A partir de esta semana el país norteamericano comenzó a administrar también el inoculante desarrollado por Johnson & Johnson, que solo requiere una dosis.
Por ende, el porcentaje de la segunda categoría no tendrá que alcanzar al de la primera para que las personas allí incluídas sean consideradas como completamente vacunadas. No obstante, el suministro de esta vacuna será inicialmente más reducido de lo prometido por la farmacéutica, que encontró problemas logísticos: se espera que se envíen casi 4 millones de dosis esta semana, y se calculan 20 millones de para finales de marzo.
Una mujer recibe una vacuna contra el COVID-19 en el estado de Virginia. Foto: REUTERS/Julia Rendleman
Para remediar estas limitaciones, la empresa llegó a un acuerdo con su histórica competidora Merck. El acuerdo contó con la mediación de la Casa Blanca, y se espera que incremente dramáticamente la capacidad de producción.
Según el acuerdo, Merck dedicará dos de sus instalaciones en los Estados Unidos a producir las dosis de Johnson & Johnson. Una proporcionará servicios de “llenado y acabado”, la última etapa del proceso de producción durante la cual la sustancia de la vacuna se coloca en viales y se empaqueta para su distribución.
La otra fabricará la vacuna y tiene el potencial de aumentar enormemente el suministro, quizás incluso duplicando lo que Johnson & Johnson podría hacer por sí solo.
Los esfuerzos de la administración de Biden para aumentar la producción de la vacuna Johnson & Johnson sugieren que considera que la misma juega un papel muy importante para abordar los desafíos futuros, como la eventual necesidad de inoculantes para niños y posiblemente refuerzos para contrarrestar las variantes del coronavirus.
El anuncio contribuirá a que Estados Unidos se procure suficientes vacunas para inocular a toda su población adulta en mayo, dos meses antes de lo previsto. Así lo anunció el presidente Joe Biden esta semana, quien también dijo que utilizará los poderes del gobierno federal para ordenar a todos los estados que den prioridad a la vacunación de los maestros, y que el gobierno federal proporcionará las dosis directamente a través de su programa de aplicación en farmacias.
En la imagen, Joe Biden, presidente de EE.UU. EFE/EPA/Chris Kleponis
En consecuencia, Biden dijo a los gobernadores que se preparen para que sus suministros de vacunas sigan aumentando en las próximas semanas. Las vacunas de Moderna y Pfizer -las otras aprobadas- pasarán hasta los 15,2 millones de dosis por semana, en comparación a los 14,5 millones anteriores.
En una llamada con los gobernadores el martes, Jeff Zients, asesor de la Casa Blanca sobre el coronavirus, dijo que los estados deberían prepararse para administrar un total de 16-17 millones de dosis semanales de vacunas Pfizer y Moderna a finales de marzo, y que la cantidad aumentará a 17-18 millones semanales a principios de abril. El suministro de dosis de J&J a los estados, que se espera que disminuya tras el envío inicial de esta semana, aumentará a 4-6 millones de dosis semanales a finales de marzo y a 5-6 millones de dosis semanales hasta finales de abril.