Río de Janeiro, la ciudad postal de Brasil, impondrá a partir de este viernes nuevas restricciones en un intento de frenar el avance del coronavirus. Y lo hace el mismo día en el que se cumple un año de identificar su primer contagio. Hoy el estado ya registra un total de 589.694 infectados y 33.466 decesos.
Los bares y restaurantes quedan cerrados a las 17:00 horas y están prohibidas las actividades comerciales en las playas, así como las fiestas, los eventos y el movimiento en las calles entre las 23:00 horas y las 05:00, entre otra serie de medidas. Los coches sí pueden seguir circulando.
Esta mañana se podía observar a los cariocas haciendo colas de hasta cuatro kilómetros para vacunarse en el municipio de Duque de Caixas, uno de los más grandes del estado de Río de Janeiro. La decisión de disminuir la edad para vacunarse de 80 a 60 años atrajo incluso a personas de otros estados, lo que terminó por generar aglomeraciones.
Otras grandes ciudades como Sao Paulo, Salvador o Brasilia, la capital del país, o los estados de Maranhão, Sergipe, Acre, Mato Grosso, Pernambuco o Santa Catarina, entre otros, han endurecido estos últimos días las medidas.
«Explosión de casos»
Fuentes cercanas al ministro de Salud, Eduardo Pazuello, citadas por el periódico O Valor, calculan que en las próximas dos semanas Brasil se enfrentará al peor momento de la pandemia con una «explosión de casos» que podría alcanzar los 3.000 fallecidos por día.
El aumento acelerado de los contagios se debe a las aglomeraciones generadas durante las fiestas de fin de año y Carnaval, un insuficiente aislamiento social y de vacunas y la nueva variante brasileña del coronavirus, mucho más contagiosa y que ha generado gran preocupación a nivel internacional.
En un comunicado, la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) alertó el jueves que una mutación sospechosa de aumentar la transmisión del coronavirus está presente en las muestras de la mayoría de los pacientes en seis de ocho estados analizados.
La mutación es la E484K, una de las alteraciones del virus identificada en la P.1, la variante brasileña, y presente también en las variantes del coronavirus encontradas en Reino Unido y Sudáfrica. Fiocruz reitera la necesidad de acelerar el abastecimiento de vacunas para contribuir a la reducción de casos y ante la probabilidad de que surjan nuevas variantes.
«Lenta vacunación»
El proceso de vacunación en Brasil avanza muy lentamente. Según un consorcio formado por varios medios brasileños se han aplicado un total de 10.135.419 de dosis (7.671.525 de brasileños han recibido la primera y 2.463.894 la segunda).
Desde que comenzó el proceso de vacunación hace un mes y medio, varias ciudades se vieron obligadas a interrumpir la campaña por falta de dosis. Hasta el momento, se están administrando la china Coronavac, del laboratorio Sinovac, y la del grupo anglo-sueco AstraZeneca.
Esta semana, el Ministerio de Salud informó que se pretende firmar un contrato para la compra de 100 millones de dosis de los laboratorios Pfizer y 38 millones de dosis de Janssen.
A pesar de la grave situación, el presidente, Jair Bolsonaro, se sigue oponiendo a las medidas de cuarentena. «No se quede en casa, no se acobarde. Tenemos que afrontar nuestros problemas (…) ¿Hasta cuándo vamos a llorar?«, preguntó a los ciudadanos.
Brasil ya acumula casi 11 millones de contagios y 260.970 muertos desde que comenzó la pandemia, lo que le convierte en el segundo país con mayor número de decesos, por detrás de EE.UU.