Varios trabajadores del Palacio de Kensington presentaron en 2018 una queja oficial por el bullying que, decían, estaban recibiendo de parte de la duquesa de Sussex, Meghan Markle. Según publicó el diario The Times, los empleados aseguraron que “siempre tenía a algún empleado en el punto de mira” y “actitudes inaceptables” contra su personal.
Las graves acusaciones rápidamente recibieron una respuesta por parte de Markle y su esposo, el príncipe Harry, que a través de sus abogados acusaron al periódico de haber sido utilizado “por el Palacio de Buckingham para vender una narrativa completamente falsa” sobre ellos a pocos días de que se emita su explosiva entrevista con Oprah Winfrey.
Lejos de terminar con el escándalo, las palabras han provocado que el Palacio de Buckingham haya emitido también un comunicado, prometiendo investigar a fondo lo ocurrido para descubrir si es cierto que Meghan acosaba a sus trabajadores. “Estamos muy preocupados por las acusaciones publicadas en The Times que han hecho antiguos miembros del equipo de empleados del duque y de la duquesa de Sussex”, expresó el Palacio de Buckingham en un comunicado.
“Según lo acordado con nuestro equipo de Recursos Humanos, vamos a investigar las circunstancias descritas en el artículo”, añadió la Casa Real británica tras conocer la denuncia realizada por tres ex empleados de la duquesa. “El personal que trabajaba con los duques en aquel momento, incluso aquellos que dejaron su puesto, será invitados a participar para descubrir si podemos aprender alguna lección sobre lo ocurrido”, expresa un párrafo de la misiva.El comunicado oficial de la familia real británica
Markle, de 39 años, afirmó que es víctima de una “campaña de desprestigio calculada” por parte de la familia de su esposo.
Los abogados de Meghan dijeron que se encuentra “entristecida por este último ataque a su persona, particularmente como alguien que ha sido objeto de acoso y está profundamente comprometida con apoyar a quienes han experimentado dolor y trauma”.
La denuncia en su contra
Markle fue señalada por un empleado de alto rango del personal del Palacio de Kensington, quien presentó una denuncia de intimidación contra la duquesa de Sussex antes de que ella y el príncipe Harry renunciaran como miembros de la realeza británica.
The Times informó que la denuncia fue realizada en octubre de 2018 por Jason Knauf, quien por entonces se desempeñaba como secretario de comunicaciones de Harry y Meghan. Se cree que afirmó que la duquesa “expulsó a dos asistentes personales de la casa y estaba socavando la confianza de un tercer miembro del personal”.
El periódico afirma que Knauf envió un correo electrónico a Simon Case, entonces secretario privado de William, duque de Cambridge, y actual secretario del gabinete del primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, después de tener conversaciones con Samantha Carruthers, jefa de recursos humanos. Luego, Case se lo remitió a Carruthers, quien trabajaba en Clarence House.
En el correo electrónico, Knauf también dejó en claro que le preocupaba que no se hubiera hecho nada, ni se haría en el futuro, para proteger al personal del palacio.
Meghan Markle (Shutterstock)
The Times cita el mail, en el que Knauf dice estar “muy preocupado de que la duquesa haya podido intimidar a dos asistentes policiales al punto que dejaran la casa el año pasado” y que “el tratamiento a X (para no mencionar al empleado) fue totalmente inaceptable”.
“La duquesa parece decidida a tener siempre a alguien en la mira. Ella está intimidando a Y y buscando socavar su confianza. Hemos recibido informe tras informe de personas que han sido testigos de un comportamiento inaceptable hacia Y (otro empleado)”, continúa el correo electrónico.
Según el diario, Harry imploró a Knauf que abandonara el caso, mientras que el Palacio no hizo nada concreto en relación a esas quejas para proteger a la realeza.
Meghan Markle ofreció una entrevista a Oprah Winfrey que se podrá ver el domingo 7 de marzo por CBS
El periódico revela también que Markle, quien espera su segundo hijo, llevó unos pendientes que fueron un regalo de boda del príncipe saudí Mohamed bin Salman en una cena formal en Fiji en 2018, poco después de que éste fuera acusado por los Estados Unidos de haber ordenado el asesinato del disidente Jamal Khashoggi.
Según el diario londinense, en ese momento la duquesa indicó a su equipo que dijera a la prensa que los pendientes eran prestados, “a pesar de ser consciente de su procedencia”.
En un comunicado a The Times, un portavoz de los Sussex manifestó que la información publicada este martes responde a “una campaña calculada” de difamación basada en “información engañosa y dañina”, y señala que “no es coincidencia” que aparezca justo cuando la pareja se dispone a hablar “honesta y abiertamente sobre su experiencia en los últimos años”.