Joe Biden admitió ayer que es posible que la vida no vuelva a la normalidad en 2021 debido a las mutaciones de COVID-19 y las posibles interrupciones en la producción de vacunas en EE.UU.
En una declaración separada, también ayer el Dr. Anthony Fauci dijo que las nuevas variaciones del virus significan que el gobierno y las empresas “tendrán que ser ágiles para adaptarse fácilmente para hacer versiones de la vacuna específicamente dirigidas a cualquier mutación prevalente”. Fauci es considerado el médico de enfermedades infecciosas más importante del país y ha sido asesor de los gobiernos de Donald Trump y Biden, en la pandemia.
Biden afirmó al visitar una fábrica de vacunas Pfizer en Portage (Michigan) que las mutaciones del virus y los fallos imprevistos en la producción de vacunas podrían extender las consecuencias sociales y económicas de la pandemia.
“Creo que nos acercaremos a la normalidad a finales de este año. Si Dios quiere, esta Navidad será diferente a la anterior. Pero no puedo comprometerme contigo. Hay otras cepas del virus. No sabemos qué podría pasar en términos de tasas de producción. Las cosas pueden cambiar”, afirmó Biden.
También dijo que mientras tanto, “Creo que es de vital importancia que nuestros hijos vuelvan a la escuela”. El presidente se ha enfrentado a críticas por no hacer más para presionar a los sindicatos de profesores reacios a hacerlo, acotó New York Post.
El presidente habló en medio de un optimismo generalizado sobre la vuelta a la normalidad a medida que las tasas de infección se desploman y se vacuna a grupos vulnerables de personas, aunque señaló que algunos envíos de dosis se retrasaron por las tormentas de nieve esta semana.
Según el análisis de datos públicos de Bloomberg News, EE.UU. ha inyectado más de 59 millones de dosis de vacunas, equivalente a 17.8 dosis por cada 100 personas. Pero la investigación preliminar indica que son menos efectivas contra las más contagiosas variaciones de COVID-19 emergentes.
La semana pasada, Biden afirmó que el gobierno de EE.UU. había asegurado otros 200 millones de vacunas contra el coronavirus, lo que significaba que el país tendría para fines de julio suficientes para que cada adulto estadounidense reciba el régimen de dos dosis.