Un perro al que bautizaron como Cíclope, nació en las Filipinas sin un ojo ni nariz, pero con dos lenguas. Desde que se dio a conocer por las redes sociales, el hecho ha sorprendido a los internautas por el extraño aspecto del cachorro que al nacer presentaba múltiples malformaciones.
Según detalla el medio británico ‘The Philippine Star’, el can nació el pasado 6 de febrero en la provincia de Aclán, y dejó a más de uno asombrado con su peculiar aspecto a causa de una malformación genética que puso su vida en peligro hasta el punto de provocarle la muerte.
Junto a Cíclope también nació otro cachorro con todos sus órganos y en óptimas condiciones de salud. Su dueña, Amie de Martín, intentó mantener a Cíclope con vida y se las ingenió para darle leche materna, pero su condición de salud no le permitió vivir por mucho tiempo.
De acuerdo con lo que contó la dueña de las mascotas, el veterinario le aseguró que posiblemente la madre habría comido algo que la intoxicó durante el embarazo, lo que habría ocasionado la malformación genética del cachorro.
Martín también les dijo a los medios locales que conservará a la mascota fallecida en un cofre de vidrio en lugar de enterrarlo.
Si bien el caso de Cíclope pudo deberse a algo que su madre comió durante el embarazo, hace un par de años en Barrancabermeja se conoció el caso de varios perritos que nacieron con varias malformaciones.
Y los activistas ambientales aseguraron que se debía a las dosis de mercurio que había en el agua de la zona.
Según las denuncias que se hicieron en su momento, los perros habían nacido con las cabezas deformes, sin cráneo, ojos enormes y sin cerebro, y todo esto sería por la contaminación del agua que consumió la madre en estado de gestación.
Las empresas prestadoras del servicio de agua en la zona afirmaron que las tuberías estaban limpias y desmintieron los rumores de residuos de mercurio en las tuberías y el caso nunca pudo ser resuelto.
Este tipo de casos han sido comunes en el mundo en los últimos años y, de acuerdo con los expertos, esto puede deberse a una predisposición genética unida con las condiciones ambientales.
La mayoría de malformaciones congénitas tienen causas genéticas y ambientales que actúan al mismo tiempo. Pueden ser parte de un síndrome genético, ser producidas por una sustancia teratogénica (en el ambiente) o en la mayoría de los casos por causas desconocidas.