La Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE.UU. (GAO, por sus siglas en inglés) asegura que la Administración del expresidente Donald Trump gastó cerca de 200 millones de dólares en el envío de 8.722 respiradores artificiales a 43 países el año pasado, pero desconoce su actual ubicación.
En un amplio informe dado a conocer este jueves, la GAO señala que los fondos para ese proyecto salieron de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, según sus siglas en inglés) como parte de su estrategia para responder al coronavirus en el extranjero.
Los respiradores comenzaron a entregarse en mayo de 2020, y los primeros envíos fueron dirigidos a Sudáfrica, El Salvador y Rusia. Para septiembre casi todos habían llegado a sus destinos.
Según el documento, la USAID no conoce la ubicación de las máquinas dentro de los países receptores, lo que dificulta saber si la ayuda que entregó se está utilizando adecuadamente. No obstante, afirmó que ya ha iniciado esfuerzos para «rastrear la ubicación y funcionalidad de cada una» trabajando con los fabricantes, proveedores de servicios y ministerios de salud.
La GAO también encontró que, en casi la mitad de los países que los recibieron, el costo de donarlos representó más de la mitad de los fondos para el coronavirus que USAID les proporcionó. En otros, como El Salvador, Paraguay, Egipto, representó la totalidad de ese gasto.
Sospechosa distribuciónAunque para muchos países los respiradores representaron una parte significativa de la asistencia relacionada con el covid-19 de parte del Gobierno de EE.UU., la GAO subraya la ausencia de un criterio claro para determinar quién debía recibirlos. Algunas de esas naciones «tenían pocos o ningún caso nuevo» del virus, a partir de las fechas en que USAID confirmó que los proporcionaría, se lee en el documento.
Por ejemplo, mientras Sri Lanka tenía solo tres nuevos casos de covid-19 por día cuando recibió 200 aparatos, Bangladés, que tenía 1.409 nuevos casos, recibió solo 100. Países en mejores condiciones económicas como Italia también recibieron donaciones, al igual que las pequeñas naciones insulares de Nauru y Kiribati, que no habían informado de un solo caso de la enfermedad.
La GAO encontró que la iniciativa «no era parte de la estrategia inicial» de la USAID para la respuesta del covid-19, pero no pudo identificar cómo la Casa Blanca tomó sus decisiones sobre la asignación de los aparatos. Entre tanto, en respuesta al informe, la USAID dice que las decisiones de la Administración Trump se basaron «en parte» en muchos de sus datos, pero cuestiona si el número de casos de coronavirus fue la mejor métrica para juzgar las donaciones, dado que la pandemia «no es estática».
El informe fue dado a conocer al Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. y a la Oficina de Administración y Presupuesto, pero, según la GAO, ninguno de esos organismos se ha pronunciado al respecto.