David Ortiz tuvo la mejor temporada ofensiva de la historia para un pelotero de 40 años en 2016 con una línea de .315/.401/.620, 38 jonrones, 48 dobles (líder) y 127 carreras remolcadas (líder). Cuando alcanzó las 400 apariciones, el 29 de julio, se activó una opción que le garantizaba US$17 millones (“más una moña”) para 2017, pero el Big Papi mantuvo la palabra y rechazó lo que él llama “esa funda”.
No faltaron las diligencias para que vuelva, incluso el dueño del equipo, John Henry, antes de firmar el último de los tres contratos que certificaban su rechazo al pacto le rogó a que lo piense.
El equipo premió a Ortiz con un jugoso contrato mayor a lo que ganará por la pensión. Boston acordó pagarle a Ortiz de por vida un millón de dólares, que ya ha cobrado cuatro veces.
“La lealtad va de la mano, aunque tú no lo creas. Yo me pude haber ganado esos 17 millones. En esos 17 millones que me quedaban ahí la gente lo que iba a empezar a decir era, ‘pero este tipo, si no puede jugar, se está ganando todo esos cuartos ahí sentado, la gente empieza a perderte el respeto men. Yo tenía un respeto ganado y cuando yo tomé esa decisión gané aun más. Es lo que quiero que entiendas, no todo es dinero, no todo es lo que tú entiendas que te favorece hoy, ¿y mañana, y pasado, me entiendes?”, dijo Ortiz.
“Gracias a Dios el problema mío no era de dinero, aunque 17 millones son 17 millones y venían con una moña. Aparte, que es lo que la gente no entiende. Pero de la manera que jugué en el 2016 me esforcé tanto que ya no tenía más tiros en la recamara para 2017. Esos cuartos me los iba a ganar, literalmente, se lo digo a ustedes, me iba a ganar esos cuartos sentao y yo no soy así men”, dijo.
Los problemas tanto en el talón de Aquiles derecho como izquierdo le requerían unas terapias diarias que comenzaban al mediodía para poder jugar en la noche fueron la principal razón médica, ya que tenía advertencia de que prolongar su carrera podría acarrearle serios problemas de movilidad en el futuro.
Pero en 2017 se sometió a un costo tratamiento de medicina alternativa que eliminó esos dolores y está “nuevo de los pies”.
Es un tratamiento de seis meses que califica de “costoso”, basado en muchas vitaminas, proteínas, que extrae tejidos de la propia persona y son inyectados con ultrasonido.
“No pegué 3,000 hits porque me hacían la Boudreau”
SANTO DOMINGO. David Ortiz terminó con 2,472 imparables, pero entiende que pudo conseguir hasta 600 más, aunque tiene una explicación. El aumento de los cambios defensivos que se disparó más allá de la combinación Boudreau (que coloca al torpedero al lado izquierdo de la intermedia) tras la llegada de estudios más profundos para prevenir carreras.
“Quiero que sepas que yo no di 3,000 hits en Grandes Ligas por eso. Por la Boudreau, de verdad. Quiero que sepas que la Boudreau se activó fuerte fue conmigo. La Boudreau me la activó a mí a tal nivel Joe Maddon, el mánager de Tampa (2006-2014). ¿Sabes qué me hacía Joe Maddon? Mandaba al tercera base Evan Longoria a jugar left field, el left field me lo ponía entre left y center, el center field me lo ponía entre right y center y agarraba y me ponía al right field en la línea. Pero se le olvidaba un dato, poner uno allá arriba (en las gradas)… risas”, dijo Ortiz.
No es capricho de Ortiz. El Bill James Handbook así certifica y coloca a Maddon como el responsable. En 2010 solo hubo 2,400, pero a 2016 ya alcanzaron los 24,686 y en 2019 llegó a los 47,254.
“Eso es aburrido me, a decir verdad es aburrido. Eso está tan ridículo que ha llegado a un punto de que antes se lo hacían a los jugadores puleadores como yo, ahora se lo hacen a cualquiera, men. Ahora es “juega para acá” y el tipo viene y te da un hit que es un desastre. Se lo están haciendo a todo el mundo y ahí es que yo entiendo que entra el comisionado (Rob Manfred) y dice lo que dice.