El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, denunció una relación directa entre la captación de imágenes del territorio ucraniano por satélites chinos y el aumento de los ataques rusos contra la infraestructura energética del país, una situación que, advirtió, contribuye a prolongar el conflicto armado.
En declaraciones recogidas por medios ucranianos, el mandatario alertó sobre “un incremento de la cooperación entre Rusia y entidades en China capaces de proporcionar datos de inteligencia espacial”, lo que, a su juicio, debilita los esfuerzos diplomáticos internacionales y permite a Moscú sostener su ofensiva militar.
Zelenski abordó este escenario durante una reunión con el jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, Oleg Ivashchenko, en la que analizaron el respaldo que actores extranjeros estarían brindando a Rusia en la guerra. En ese contexto, el presidente mencionó el reciente despliegue de misiles rusos en territorio de Bielorrusia.
Según declaraciones del mandatario bielorruso, Alexandr Lukashenko, está previsto el emplazamiento de una decena de misiles Oreshnik con capacidad nuclear, sin descartar que el número pueda aumentar. Zelenski calificó esta proliferación armamentística como una amenaza de alcance global y advirtió que sienta un precedente peligroso.
El jefe de Estado ucraniano aseguró que los servicios de inteligencia han recopilado información adicional sobre la cooperación entre Rusia y actores externos, la cual será compartida con los socios internacionales de Ucrania para su consideración en futuras decisiones. Asimismo, ordenó a las autoridades del país mantenerse preparadas ante cualquier contingencia derivada de esta situación.
En relación con las sanciones internacionales, Zelenski afirmó que proporcionará a sus aliados datos sobre los métodos utilizados por Rusia para eludir las restricciones económicas impuestas a su industria energética, con el objetivo de fortalecer las próximas medidas de presión y evitar que Moscú obtenga ingresos para financiar la guerra mediante “estas manipulaciones”.
Por otro lado, el presidente presentó de manera detallada los 20 puntos del plan de paz elaborado conjuntamente por Kiev y Washington, reiterando su disposición a alcanzar un compromiso territorial en la región del Donbás. Indicó que emisarios de la Casa Blanca ya trasladaron la propuesta al Kremlin y que se prevén nuevos contactos entre Washington y Moscú en breve.
“No sé en qué formato será la próxima conversación. Quizá con Vladímir Putin. Probablemente será mañana”, declaró Zelenski.
El plan contempla un pacto de no agresión supervisado por un mecanismo internacional de monitoreo, sustentado en garantías de seguridad que incluyen un Ejército ucraniano de 800.000 efectivos y compromisos vinculantes de Estados Unidos y otros aliados para ofrecer una defensa equivalente al Artículo 5 de la OTAN.
En cuanto a las demandas territoriales, Zelenski señaló dos opciones principales: congelar la actual línea del frente o establecer una o varias zonas económicas especiales en áreas de la región de Donetsk aún controladas por Ucrania, pero reclamadas por Moscú. Esta última alternativa solo se consideraría tras recibir garantías de seguridad suficientes.
De concretarse, se firmaría un acuerdo separado entre Ucrania, Estados Unidos y Rusia que definiría el estatus de la zona económica especial y los pasos para una retirada de fuerzas. Zelenski subrayó que la administración permanecería bajo control ucraniano y que la seguridad estaría a cargo de fuerzas internacionales, con el fin de impedir el ingreso de militares rusos camuflados como civiles. Cualquier repliegue debería ser validado mediante un referendo.
El plan no incluye referencias a una eventual adhesión de Ucrania a la OTAN, una decisión que, según el presidente, compete exclusivamente a los miembros de la Alianza Atlántica, que por ahora no contemplan su incorporación. No obstante, Zelenski insistió en que Ucrania no renuncia a esa aspiración, aunque reconoció que actualmente no es viable.