Kiev.- El defensor del pueblo de Ucrania, Dmytro Lubinets, acusó este jueves a Rusia de enviar a niños ucranianos «secuestrados» a campamentos en Corea del Norte para ser «rusificados y militarizados», en el marco de su guerra contra Kiev y del creciente acercamiento militar entre Moscú y Pionyang.
«El Centro Regional de Derechos Humanos informó que se han identificado 165 campamentos donde niños ucranianos están siendo rusificados y militarizados. Están ubicados en los territorios temporalmente ocupados de Ucrania, Rusia, Bielorrusia, ¡e incluso Corea del Norte!», escribió el responsable en la red social X.
Las palabras de Lubinets llegan después de que Kateryna Rashevska, experta legal del Centro Regional de Derechos Humanos (una ONG ucraniana), dijera el miércoles durante una sesión en el Senado de Estados Unidos que al menos dos menores ucranianos deportados por Rusia han acabado en el «campamento Songdowon en Corea del Norte».
Según la agencia de noticias surcoreana Yonhap, podría tratarse del Campamento Infantil Internacional Songdowon, un popular campamento de verano para niños ubicado en la ciudad costera de Wonsan.
Resolución de la ONU contra Rusia
Los menores, identificados como Misha, de 12 años, y Liza, de 16, «aprendieron a destruir a ‘los militaristas japoneses’ y conocieron a veteranos coreanos que, en 1968, atacaron el buque Pueblo, de la Armada estadounidense», según el informe presentado por Rashevska a los senadores estadounidenses.
Ucrania denuncia que miles de menores han sido deportados desde territorios ocupados desde el inicio de la invasión rusa. Según datos manejados por Kiev, se identificó el traslado de más de 19.000 niños por la fuerza.
La Asamblea General de la ONU adoptó este miércoles una resolución que exige a Rusia devolver a los niños ucranianos trasladados a la fuerza o deportados a su territorio, además de cesar esas prácticas y el «cambio de estatus» de los menores.
La resolución se presentó en una reunión de urgencia por la ministra adjunta de Asuntos Exteriores de Ucrania, Mariana Betsa, quien denunció que Rusia vea a los niños ucranianos como «trofeos de guerra». La solicitud se aprobó con 91 votos a favor, 12 en contra y 57 abstenciones.
Pese a no ser vinculante, la declaración política mostró el amplio respaldo internacional a la medida, superando la mayoría de dos tercios de los miembros presentes con poder de voto.