Santo Domingo.– La madrugada del 1ero de diciembre quedó marcada por el dolor para la familia de José Manuel Maceo Sánchez, un joven de 25 años cuya vida se apagó en cuestión de segundos en el sector Hato Nuevo.
A la 1:08 de la mañana, Stephanie Espinal recibió la llamada que jamás pensó escuchar: “Mataron a José Manuel”.
“Le dio un tiro en la frente, lo mató al instante”, dijo entre lágrimas, recordando el momento.
Con su bebé de un año y ocho meses en brazos, salió desesperada hacia la casa de los padres de su pareja, sin comprender aún que su vida había cambiado para siempre.
José Manuel compartía con hermanos y primos, riendo, conversando, disfrutando de un momento familiar. Nadie en ese colmado imaginó que una bala lo sorprendería sin previo aviso. Un solo disparo, directo a la frente, terminó con su vida al instante.
Su hermano, José Augusto Maceo, relata entre confusión y rabia que José Manuel no tenía nada que ver con el conflicto que terminó en tragedia. “Él estaba ahí, pero el problema no era con él. Era un guardia y dos chicos de Villa Linda”, explicó.
Según la familia, días antes se habría producido una fuerte discusión entre un cabo de la Armada de la República Dominicana y dos jóvenes del sector Villa Linda, donde el uniformado presuntamente le dio una “galleta” a uno de ellos. Ese conflicto resurgió la madrugada del incidente, provocando un intercambio de disparos entre el cabo y los dos civiles.
En medio de ese caos, José Manuel quedó atrapado, sin ser parte del pleito, sin saber siquiera cómo había empezado. Allí cayó, víctima de un conflicto ajeno.
Su familia exige respuestas. Piden que las autoridades esclarezcan de inmediato lo sucedido y que el culpable reciba todo el peso de la ley. También esperan la pronta actuación del Instituto Nacional de Ciencias Forenses para poder darle sepultura.
«Un joven trabajador, padre, hermano y amigo que, según su familia, solo estaba en el lugar equivocado, a la hora equivocada», dijo su hermano, José Augusto.
