El Ejido, Santiago.- Por este medio, quiero de manera personal informar el fallecimiento de nuestro querido amigo y hermano Jose Luis Reyes (El Caku), quien falleció en la mañana de este Miércoles en el Seguro Social.
El Caku como todos los llamábamos, estaba interno en dicho centro de salud, aquejado de quebranto que lo mantuvieron internó en varias ocasiones.
Describir a una persona que está con todo nosotros a diario es algo muy dificil, para mi y mis hermanos era un hermano más, compartimos a diario las cosas cotidiana y lamentamos mucho que terminara en la situación por la que atravesamos todos en este dia.
Desde esta Plataforma Digital, quiero extenderle en nombre mío de manera personal y mi familia, nuestro mas sentido pesame a todos sus familiares, en especial a sus hijos.
Hermano mio, te fuiste de este mundo sin decir adiós a tus seres queridos, dejando un vacío inmenso en el corazón de muchas personas.
Hoy, desde donde estés, se que el cielo es tu morada eterna la muerte es así, intempestiva, espontánea, certera, la vida es así, bella, mágica, efímera. Tu sonrisa será la compañía ideal para Dios, tu encanto la llave al paraíso, tu mirada la luz que alumbre en medio de la oscuridad.
Descansa en paz en medio de jazmines, claveles y rosas, aguarda que lleguemos a hacerte compañía, porque está demostrado que la vida es pasajera pero la recompensa después de esta vida es infinita.
Disfruta tu estadía rodeada de ángeles, nubes blancas como la nieve y la inigualable compañía del Dios todopoderoso algún día, muy pronto, estaremos todos juntos..
Que en paz descanses mi querido amigo y hermano Jose Luis Reyes (Caku)

Oracion para nuestros seres queridos
Te recomiendo a Dios Todopoderoso, mi querido hermano Jose Luis Reyes, y te pongo en las manos de aquel de quien eres criatura, para que después de haber sufrido la sentencia de muerte, dictada contra todos los hombres, vuelvas a tu Creador que te formó de la tierra.
Ahora que tu alma va a salir de este mundo, salgan a recibirte los gloriosos coros de los Ángeles y los Apóstoles, que deben juzgarte.
Venga a tu encuentro el ejército triunfador de los generosos Mártires.
Rodéete la multitud brillante de Confesores. Acójate con alegría el coro radiante de las Vírgenes y sé para siempre admitido con los santos Patriarcas en la mansión de la venturosa paz.
Anímate con grande esperanza San José, dulcísimo Patrón de los moribundos. Vuelva hacia ti benigna sus ojos la santa Madre de Dios. Preséntese a ti Jesucristo con rostro lleno de dulzura y colóquete en el seno de los que rodean el trono de su divinidad.
No experimentes el horror de las tinieblas ni los tormentos del suplicio eterno. Huya de ti Satanás con todos sus satélites. Líbrete de los tormentos Jesucristo, que fue crucificado por ti. Colóquete Jesucristo, Hijo de Dios vivo, en el jardín siempre ameno de su paraíso y, verdadero Pastor como es, reconózcate por una de sus ovejas. Perdónete misericordioso todos tus pecados. Póngate a su derecha entre sus elegidos, para que veas a tu Redentor cara a cara, y morando siempre feliz a su lado, logres contemplar la soberana Majestad y gozar de la dulce vista de Dios, admitido en el número de los Bienaventurados, por todos los siglos de los siglos. Así sea
