Belém (Brasil).- Un grupo de indígenas amazónicos bloqueó este viernes durante casi cuatro horas la entrada principal a la cumbre climática de la ONU (COP30) en Belém para protestar contra proyectos de infraestructura que creen que amenazan sus territorios.
Casi 90 miembros de la etnia Munduruku, ataviados con penachos de plumas y collares de semillas, crearon sobre las 6.00 de la mañana un cordón con bastones rituales de madera para impedir que los participantes entraran a la conocida como Zona Azul, el área restringida bajo administración de la ONU donde se realizan las negociaciones.
Los organizadores de la cumbre abrieron una entrada alternativa, pero esto provocó largas filas de más de una hora para acceder al recinto.
Sobre las 9.00, unas tres horas después del inicio de la protesta, el presidente de la COP30, el brasileño André Corrêa do Lago, se acercó y entabló una conversación con los líderes.
Al cabo de una media hora, acordaron continuar el diálogo en otro lugar y liberar la entrada.
Los Munduruku, que viven en las orillas del río Tapajós, protestan contra proyectos gubernamentales que tachan de «predatorios», como los planes para desarrollar una línea de ferrocarril a través de la selva para transportar productos agrícolas del interior del país.
Además, pidieron que el Gobierno brasileño cancele un proyecto para drenar los ríos amazónicos para crear «hidrovías», también con el objetivo de facilitar el transporte de soja y otros cultivos.
«La COP30 no va a solucionar nuestros problemas, pero tienen que escucharnos», afirmó a los medios Alessandra Munduruku, una de las líderes.
Munduruku añadió que «no se puede negociar» el futuro de sus hijos ni el de la «madre naturaleza» y cargó contra la minería, que a menudo contamina con mercurio las aguas de los ríos de los que dependen.
«Tenemos que ver cómo los integramos mejor», declaró, a su vez, Corrêa do Lago, mientras se abría paso entre la multitud.