10 de noviembre de 2025

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Al-Sharaa, ex aliado de Al Qaeda, será el primer presidente sirio en visitar la Casa Blanca

Al Sharaa
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Beirut (AP).- Hace dos décadas, Ahmad al-Sharaa se encontraba encarcelado en un centro de detención gestionado por Estados Unidos en Irak después de unirse a los combatientes de Al Qaeda que luchaban contra las fuerzas estadounidenses en ese país.

Pocos habrían pronosticado que se convertiría en el primer presidente sirio en visitar Washington desde que el país se independizó en 1946.

Desde que encabezó a las fuerzas rebeldes que derrocaron al expresidente sirio Bashar Assad en diciembre pasado, Al-Sharaa —quien rompió lazos con Al Qaeda años antes— ha llevado a cabo una exitosa batida diplomática para establecer nuevos lazos con países que habían rechazado al gobierno de Assad después de que su brutal represión contra manifestantes en 2011 se convirtió en una guerra civil de 14 años.

Al-Sharaa se reunió en mayo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en Arabia Saudí, donde Trump anunció que levantaría sanciones de varias décadas de antigüedad.

Ambos mandatarios se reunirán nuevamente el lunes en Washington, donde se tiene previsto en gran medida que Siria se una oficialmente a la coalición que encabeza Estados Unidos contra el grupo Estado Islámico. Al-Sharaa llegó a territorio estadounidense el sábado, según medios estatales sirios.

Además de ese acuerdo, Al-Sharaa utilizará la visita para presionar por la derogación total de la Ley César, la cual impuso amplias sanciones a Siria por los abusos a los derechos humanos que cometieron el gobierno y las fuerzas de seguridad de Assad.

Las sanciones de César se encuentran suspendidas actualmente por orden presidencial, pero una derogación permanente requeriría de una votación en el Congreso.

El Ministerio de Información de Siria señaló el domingo en un comunicado que Al-Sharaa “enfatizará la importancia de levantar las sanciones económicas, particularmente la Ley César, para permitir la recuperación económica de Siria y el crecimiento de inversión” y también “reafirmará el compromiso de (Siria) por continuar con su lucha contra el terrorismo y promover la seguridad regional”.

Un impulso para levantar las últimas sanciones
Días antes de la visita de Al-Sharaa, Trump dijo a la prensa que había tomado medidas para levantar sanciones a Siria “para darles una oportunidad de luchar, y creo que (Al-Sharaa) está haciendo un muy buen trabajo hasta ahora”.

“Es un vecindario difícil y él es un tipo duro, pero me llevé muy bien con él, y se ha avanzado mucho con Siria,” explicó.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó el jueves a favor de levantar las sanciones sobre Al-Sharaa y su ministro del Interior. Posteriormente, Estados Unidos los eliminó de su lista de “terroristas globales especialmente designados”.

En tanto, los senadores han avanzado en la derogación de la Ley César a través de un proyecto de ley de autorización de defensa anual, pero la iniciativa final se está negociando con la Cámara de Representantes, donde algunos de los principales republicanos quieren poner condiciones.

El representante Brian Mast, el republicano que preside la Comisión de Asuntos Exteriores de la cámara baja, ha expresado reservas sobre una derogación total. El senador Lindsey Graham, un republicano cercano a Trump, también ha presionado para que se derogue con ciertas condiciones, incluidas la seguridad y la representación para las minorías religiosas y étnicas, “mantener relaciones pacíficas con otros Estados de la región, incluido el Estado de Israel,” y retirar a combatientes extranjeros de las instituciones gubernamentales y de seguridad.

Los escépticos de Al-Sharaa apuntan a los estallidos de violencia sectaria durante el último año en las que suníes progubernamentales asesinaron a cientos de civiles de las minorías religiosas alauita y drusa. Al-Sharaa ha prometido responsabilizar a los perpetradores, pero las comunidades minoritarias mantienen sus reservas.

El grupo de defensa Save the Persecuted Christians envió una carta firmada por 100 líderes religiosos de Estados Unidos en la que le solicitan a Trump que aborde la “masacre” de minorías en Siria y presione a Al-Sharaa para establecer un corredor humanitario desde los Altos del Golán, controlados por Israel, hasta el enclave druso de Sweida, en el sur de Siria.