La administración de Donald Trump habría tomado la decisión de atacar «en cualquier momento» varios objetivos militares en Venezuela, en medio de una escalada que arrancó con su inédito despliegue de agosto en el Caribe, refieren fuentes consultadas por Miami Herald.
El trascendido se produce el mismo día en que otros funcionarios aseguraron al Wall Street Journal que los primeros blancos serían instalaciones militares venezolanas, bajo el pretexto de una supuesta ‘guerra antinarcóticos’ que ha dejado más de 60 muertos en las aguas del Caribe y el Pacífico, sin reportes fiables de incautaciones.
La posibilidad de estas acciones, sustentadas en acusaciones no probadas contra Caracas, se da tras los operativos contra embarcaciones que ya son tildados como «ejecuciones extrajudiciales» por la propia Organización de Naciones Unidas (ONU).
Rubio: «Una historia falsa»
Al comentar la publicación, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, la tachó de «una historia falsa».
«Sus ‘fuentes’, que afirman tener ‘conocimiento de la situación’, le engañaron para [que escribiera] una historia falsa», escribió en X.
«En cuestión de días»
El reporte del Miami Herald afirma que los objetivos fijados por EE.UU. «podrían ser alcanzados por el aire en cuestión de días o incluso horas» y que su propósito sería «decapitar» a los líderes del Gobierno venezolano, a los que se señala sin sustento alguno de ser líderes de un «cártel».
Esas acciones confirmarían las advertencias que ha hecho Maduro en los últimos meses, quien alertó que el objetivo de Washington con su inédito despliegue militar en el Caribe no es el supuesto combate el narcotráfico, sino derribar a su administración para imponer un Gobierno que responda a los intereses de la Casa Blanca.
Una de las fuentes del medio estadounidense, que habló en condición de anonimato, afirmó que la intención es presionar a Maduro: «Está a punto de encontrarse atrapado y pronto podría descubrir que no puede huir del país incluso si lo decide», dijo.
Ese contacto aseguró al Miami Herald que hay «más de un general» venezolano que estaría dispuesto a capturar al mandatario venezolano. La insinuación se desliza la misma semana en que reportes de prensa desvelaron que había fracasado el supuesto intento de EE.UU. de reclutar al piloto de la aeronave que trasladaba a Maduro.
Además, esta semana la inteligencia venezolana anunció la desarticulación de un plan de la CIA que pretendía enfrentar al país con su vecino Trinidad y Tobago, luego de que el propio Trump admitiera públicamente que había dado luz verde para desplegar operaciones encubiertas de la agencia en territorio venezolano.
«El imperialismo (…) siembra la cizaña, la intriga, el odio y la xenofobia, para poner a pueblos limítrofes, pueblos que han convivido en paz toda la vida, a pelear, a guerrear», dijo el mandatario venezolano, quien celebró que la desarticulación de la operación fue un «éxito rotundo».
Venezuela denuncia «una guerra multiforme» en su contra
En septiembre, el presidente de Venezuela declaró que su país es víctima de «una guerra multiforme» orquestada desde EE.UU. El Estado venezolano, reiteró, está siendo objeto de una «agresión armada para imponer un cambio de régimen» y un gobierno «títere», a fin de «robarle el petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales».
En sus declaraciones públicas, el mandatario ha acusado a Washington de inventar «una nueva guerra eterna». «El 94 % del pueblo de Venezuela está en contra de la amenaza militar de EE.UU., está en contra de quienes llaman a invasión», sostuvo.
La semana pasada, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la Milicia y los cuerpos policiales de Venezuela comenzaron ejercicios militares en las zonas costeras del país para «continuar aceitando la maquinaria» con el propósito de hacer frente a las amenazas externas, especialmente de EE.UU. Maduro recordó que desde hace 10 semanas Venezuela enfrenta una guerra militar, así como una «guerra comunicacional» mediante campañas de desinformación, por lo que instó a la población a combatirla.