 
                El cantautor panameño Rubén Blades afirmó que se considera un “cronista que escribe sobre la gente”, alejado del panfleto político y de los discursos ideológicos vacíos. “Soy de izquierdas, pero no de la de los dictadores”, aseguró durante un conversatorio en el marco del BIME, encuentro musical que reúne a artistas y profesionales de la industria.
“La política no corrompe, la política desenmascara”, expresó el músico de 24 premios Grammy, quien reflexionó sobre su carrera, su paso por la política y la importancia de mantener la empatía en el arte.
Durante la charla, Blades explicó que su formación en Derecho le ayudó a proteger su carrera y a comprender mejor el mundo que lo rodea. “Estoy tratando aún de escribir lo menos posible y decir lo más posible”, comentó.
Recordó su infancia en Panamá y el papel de su familia en su formación personal:
“De mi abuela aprendí a hacer las cosas correctas, de mi madre heredé el oído musical y de mi papá aprendí a no presumir de nada”, relató.
El artista, conocido por temas como Pedro Navaja y Plástico, insistió en que su obra se inspira en la vida cotidiana. “Quiero escribir canciones sobre la gente, no sobre la ideología, cayendo en la propaganda o el panfleto. Me han dicho toda la vida que soy de izquierdas, lo soy, pero no de la de los dictadores de izquierda”, recalcó.

Blades reconoció que varias de sus canciones fueron censuradas tanto en Cuba como en Miami, lo que, según dijo, demuestra que su arte no se subordina a ningún extremo político. “Cada dictador ha tenido su forma de prohibirme”, comentó con ironía.
“Hay una diferencia entre ser comunista y ser de izquierdas… hay quienes son de izquierdas, se hacen pasar por izquierda y son sinvergüenzas”, añadió el músico panameño, conocido también por su defensa de la justicia social y los derechos humanos.
Rubén Blades defendió el papel de la salsa como un lenguaje integrador que une culturas y rompe barreras sociales.
“En los años 70, en Nueva York, la gente iba a bailar los fines de semana y no importaba el color de la piel o si eras rico o pobre”, recordó.
Rechazó, además, la etiqueta de “salsa consciente” que históricamente se le ha adjudicado:
“Eso de decir que soy el intelectual del género es presumir. Parece que existe la necesidad de etiquetar todo como si fuera un producto”, criticó.
El también exministro de Turismo de Panamá valoró su experiencia en el gobierno como un aprendizaje que reforzó su compromiso con el servicio público.
“Me metí dentro del monstruo y salí convencido de que un gobierno que piensa en la gente puede cambiar el país de forma positiva”, afirmó.
A sus 75 años, Blades continúa combinando su carrera musical con la reflexión social. “La empatía y la solidaridad son lo que me mueven a escribir”, concluyó ante un público que lo ovacionó por su trayectoria y su coherencia personal.
 
                                         
                                         
                                        