20 de octubre de 2025

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La joven Lisbeth Suriel casi pierde la vida por una cesárea

Santo Domingo Oeste
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La joven Lisbeth Suriel, de 24 años, madre soltera, denunció “todo el dolor” que sufrió antes, durante y después de su parto realizado en el Hospital General Doctor Vinicio Calventi, ubicado en Santo Domingo Oeste.

Explicó que el viernes 5 de septiembre de este año dio a luz por cesárea, debido a un diagnóstico de preeclampsia leve que terminó en una perforación intestinal y la contención de 1,800 CC de heces fecales “regadas” en su cuerpo.

“Tenía pus, y ellos dijeron que fue mi apéndice que se me explotó, donde ellos mienten porque mi apéndice no pudo haber durado dos días explotada, porque hubiese muerto, pero me sacaron el apéndice, no me limpiaron bien y me cerraron así”, explicó a este medio.

Indicó que tras recibir el alta médica, empezó a sentir inflamación abdominal y dolor. “Yo le escribo a la doctora, y le digo que tengo muchísimo dolor, que eso no es normal, que si ella me puede indicar una sonografía a ver qué es lo que tengo”, sin embargo, la doctora le dijo que era “normal” en este tipo de partos.

“Me dijo que si yo había evacuado, que si me había tirado peítos o gases, que eso era normal porque las mujeres se estriñen cuando le hacen cesárea, y que era porque yo no había ido al baño”, indicó Suriel, pero dice que tras persistir los síntomas, volvió a insistir y, en esa ocasión, la doctora le indicó que se acercara al centro médico y buscara a un cirujano.

“Mi familia va, no hay doctores, no hay enfermeras, no hay nadie. Ella me dijo que los doctores no estaban ahí, que buscara un cirujano donde quiera que esté para que te chequeen. El doctor fue, nunca me chequeó, simplemente me preguntó si había evacuado, le dije que no, me inyectó y no evacué”.

La joven narra que para el 08 de septiembre mostró mejorías, aunque seguía sintiendo “incomodidad”, pero pensó que era de la cesárea nada más, sin embargo, en la madrugada de ese mismo día, sintió que la barriga se le hinchó de una manera que pensaba que se le iba a explotar. “Yo le digo a mi mamá que ya no puedo mantener la postura, ni estar ni sentada, ni acostada, ya solo puedo estar parada”.

Tras sentirse así, su familia la llevó al Calventi, donde le realizaron una sonografía y le indicaron que salió con “un poquito de líquido amniótico que la doctora le había dejado”, luego le realizaron dos sonografías más, una abdominal y otra transvaginal, arrojando supuestamente el mismo resultado que la anterior.

“No tengo la certeza de sí fue eso lo que salió en las sonografías, porque ellos nunca la mostraron. Inmediatamente salieron las sonografías, ellos le dijeron a mi mamá: vamos a prepararla para cirugía que la vamos a operar”.

Tras la cirugía, se terminó enterando que lo que suponía ser restos de “líquido amniótico” en su cuerpo fue supuestamente una perforación intestinal y luego de salir de la cirugía, fue trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), donde permaneció por trece días.

“Ellos le dicen a mi familia que todo está bien, cada vez que mi familia intentaba ir a visitarme, ellos intentaban como medicarme, ponerme un medicamento que sirve para el asma, que no me acuerdo ahora el nombre, que da mucho sueño”, señaló y dijo que cada vez que la iban a bañar, porque tenía pampers, le quitaban las sábanas sucias, y todas las cosas sucias que le quitaban se las pasaban por el cuerpo, “y yo no podía decir nada, porque así era que te bañaban, con cosas sucias, y me podía dar una infección más grande”, narró Suriel entre lágrimas.

De UCI a su casa

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Las malas prácticas médicas muchas veces pasan desapercibida. Lisbeth Suriel tuvo al morir por negligencia.

La joven Suriel explicó que tras presentar mejorías, fue enviada de UCI a su casa sin una autorización médica. “A UCI lo van a remodelar por las condiciones en las que está, y me pasan a un saloncito que nada más es para dos pacientes y ahí pusieron tres. Nunca me mandaron a una sala. Me mandaron de UCI hacia mi casa, sin hoja de alta, sin hoja de salida, diciéndole a mi familia que yo estaba bien”, explicó.

“El cirujano se le acercó a mi hermana y le dijo que tenía un pequeño orificio y que me limpiaran dos veces al día, que fue que donde me hicieron la T se me abrió, que me dieron dos punticos y se me volvió a abrir”, añadió.

Suriel manifestó que tras regresar a su casa, y ver su herida, tanto ella como su familia se asustaron, por lo que procedieron a ir a un laboratorio clínico privado para que analizaran las secreciones y le realizaran un hemograma, resultando con los glóbulos blancos en 23,000 por toda la infección que tenía. Indicó que también se le realizó una sonografía, y resultó con líquido.

“El sonografista dijo que no se sabe si puede ser líquido de heces o pus, tiene que verla un cirujano de emergencia”, expresó. Ante esto, fue trasladada al Hospital Materno Doctor Reynaldo Almánzar, ubicado en Villa Mella.

“Cuando llego allá me reciben, me ingresan a UCI, ahí duré seis días en UCI, luego me sacan a sala para limpiarme nuevamente la herida que estaba bastante abierta y cerrármela; ahí duré tres días más, y me dieron de alta hace quince días; aún tengo los puntos. La herida tenía tanta infección que la infección me comió la piel, me comió la carne, y tuvieron que halarme para poder cerrarme, y todavía me siguen drenando”, expresó.

No aparece el expediente

Lisbeth Suriel aseguró que su expediente médico no aparece en el Hospital General Doctor Vinicio Calventi y que, a pesar de que ha intentado comunicarse con la doctora, no aparece.vit es denet velicae explia.

Igual relató una situación incómoda que pasó durante la etapa de gestación cuando el médico que le daba seguimiento tuvo que ausentarse por problemas de salud y otro doctor pasó a brindarle los servicios médicos de lugar. Explicó que tras asistir a consulta médica con su hija de siete años, el galeno se restringió de brindarle las atenciones de lugar.

“Él me dijo: yo no te voy a atender con ella. Tengo todos los videos grabados de que el doctor hasta me brincó encima. Yo le dije: yo me voy a retirar, no me atienda. Luego, al salir del consultorio llorando, volví a entrar, cogí el atrevimiento de grabar el doctor y le dije: si a mí me sucede algo, eso quedará en su conciencia, yo con tantas semanas de embarazo y manchando. Mire cómo usted dice que no me va a atender porque yo traje a mi hija, porque no tenía a quién dejársela y yo no puedo dejar una niña hembra de siete años sola”, explicó.

Refiere que grabó al doctor y que él la manoteó para quitarme el teléfono. “Me dejó trancada en el consultorio, me dijo que no iba a salir hasta que no eliminara los videos, me dejó ahí y salió para afuera con mi teléfono”. Suriel agregó que al salir fue a la dirección del centro donde le dijeron que “fue un caso gravísimo, que a él lo podían sancionar por eso. Llamaron al jefe de ginecología y dijo que eso era una sanción muy grave”, el director dijo que la iba a poner con una doctora fija y que borrara los videos para que eso se quedara ahí”.