10 de octubre de 2025

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Un aire de alivio y gratitud, Israel ante el retorno de los rehenes

Israel
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A medida que Israel se dispone a recibir el Shabat, el país encuentra también momentos de intensa reflexión. Lo que sucede ahora no es simplemente un alto en la tensión, sino un gesto simbólico profundo: una nación respira de nuevo, como señala el editorial del Jerusalem Post (A nation breathes again: Israel’s gratitude amid hostage return).

Durante años, el dolor por los rehenes retenidos por Hamás ha sido una herida abierta en el alma israelí. Familias que esperaban noticias, actos desesperados de clamor público, y una nación entera sumida en la incertidumbre vivieron una agonía colectiva. El acuerdo para liberar a los rehenes, aunque frágil y negociado bajo presión, representa para muchos un rescate no solo de cuerpos, sino de dignidad nacional.

El editorial subraya que el momento actual invita a la gratitud: gratitud hacia quienes negociaron, hacia los mediadores internacionales, hacia quienes dentro de Israel nunca abandonaron la esperanza. Pero también advierte que la gratitud no puede reemplazar la cautela. Para que este respiro no se vuelva efímero, debe respaldarse con una voluntad de paz legítima y duradera.

Algunas de las ideas centrales a partir del editorial y de los acontecimientos recientes resaltan varios puntos. En primer lugar, el reconocimiento compartido: la liberación parcial de los rehenes es una victoria emocional para los israelíes, para las familias, para cada ciudadano que ha vivido con el peso del dolor. Esa victoria no se celebra en solitario, sino con quienes hicieron posible el acuerdo. En segundo lugar, la tensión entre optimismo y realismo: aunque haya alivio, muchos saben que la paz no está hecha. El editorial habla de una esperanza duradera, no de una tregua pasajera. El retorno de los rehenes será solo el primer paso de un camino complejo.

También resalta la importancia del Shabat como símbolo. Situarse en el umbral del día sagrado del descanso judío le da una dimensión espiritual al acontecimiento. No es solo un fin de semana más; es un momento para internalizar lo vivido, para reflexionar y para renovar la fe colectiva. Además, el editorial llama a la responsabilidad nacional e internacional: si Israel respira de nuevo, no puede permitirse buscar revancha desmedida ni caer en errores que deshagan lo avanzado. De igual forma, los mediadores y la comunidad internacional tienen una responsabilidad moral para sostener este impulso.

Sin embargo, los desafíos persisten. La fragilidad del acuerdo es evidente: los detalles del trato de intercambio de rehenes y prisioneros aún están siendo implementados con cautela, y las partes involucradas podrían retroceder o reinterpretar cláusulas. También están en juego la seguridad y la gobernabilidad de Gaza. Liberar rehenes no resuelve todo el conflicto. Quedan preguntas sobre quién gobernará en Gaza, cómo se garantizará que no resurja el terrorismo y de qué manera se abordarán las necesidades humanitarias dentro del territorio.

El editorial tampoco ignora la memoria de los que no volvieron. No todos los rehenes podrán regresar vivos, y el duelo nacional debe acompañarse con políticas de apoyo psicológico, con reconocimiento del sacrificio y con justicia para las familias. Asimismo, Israel debe enfrentar su propio pacto social interno: las pérdidas, la guerra y las divisiones políticas demandan reforzar la cohesión nacional frente al futuro.

El editorial del Jerusalem Post acierta al capturar el momento exacto en que Israel, que ha soportado meses de angustia, parece recobrar el aliento. Ese aliento, sin embargo, no será garantía de paz. Será una ventana de oportunidad: para recomponer, para sanar y para proyectar un futuro diferente.

Mientras comienza el Shabat, Israel no sólo agradece por los avances del acuerdo de retorno de los rehenes, sino que reafirma su deseo más íntimo: que ese retorno sea el preludio de una paz firme, justa y duradera.

(Con información y análisis basados en el editorial “A nation breathes again: Israel’s gratitude amid hostage return”, publicado por The Jerusalem Post).