
La activista climática Greta Thunberg denunció las “condiciones inhumanas” que estaría viviendo en la prisión israelí de alta seguridad Ansar III, donde permanece detenida tras participar en la flotilla Global Sumud, un convoy internacional que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza.
Según su testimonio, transmitido a funcionarios suecos, Thunberg aseguró que se encuentra en una celda infestada de chinches, con escaso acceso a agua y alimentos, y que sufre síntomas de deshidratación desde el arresto.
Compañeros de la activista y su equipo legal denunciaron que, durante la detención, fue objeto de agresiones verbales y físicas por parte de las fuerzas israelíes. Según su versión, Thunberg habría sido arrastrada por el suelo y obligada a besar una bandera israelí, un acto que describen como “degradante y violatorio de la dignidad humana”.
Organizaciones internacionales de derechos humanos han pedido acceso inmediato a la joven y una investigación independiente sobre las condiciones de reclusión y los presuntos abusos denunciados.
Suecia exige garantías de seguridad
El gobierno de Suecia expresó su “profunda preocupación” por la situación de la activista y confirmó que mantiene contacto directo con las autoridades israelíes para garantizar su integridad física y acceso a asistencia consular.
“Estamos siguiendo el caso con extrema atención y en comunicación permanente con el gobierno de Israel”, declaró un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sueco, que además reiteró la importancia de respetar los derechos humanos de todos los detenidos, sin excepción.