Washington, D.C. – El líder venezolano Nicolás Maduro enfrenta cargos federales por narcoterrorismo y tráfico internacional de drogas en Estados Unidos, en una acusación presentada en marzo de 2020 por un gran jurado en Manhattan.
La imputación, impulsada durante el primer mandato del expresidente Donald Trump, alega que Maduro lideró una conspiración de narcotráfico durante décadas, mientras ascendía al poder en Venezuela. Según fiscales federales, habría operado un violento cártel de drogas, usando el Estado como plataforma para exportar cocaína a gran escala.
Recompensa millonaria por su captura
El Gobierno de EE. UU. ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la detención de Maduro, quien es considerado oficialmente como un “fugitivo de la justicia estadounidense”, según afirmó el actual secretario de Estado, Marco Rubio.
Un caso sin precedentes
Aunque EE. UU. no reconoce a Maduro como presidente legítimo de Venezuela, la imputación a un supuesto jefe de Estado marca un hecho sin precedentes, y forma parte de los esfuerzos diplomáticos y legales por presionar su salida del poder.
Rubio ha insistido en que Estados Unidos no descansará hasta ver a Maduro detenido, reafirmando que no será tratado como un líder, sino como un criminal internacional.
