
Estados Unidos.- Ayer martes, el presidente Donald Trump y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, reunieron a más de 800 altos mandos militares en una base en Virginia.

Los oficiales volaron desde distintas partes del mundo con poca antelación.
En un discurso cargado de críticas, Trump habló de «usar ciudades peligrosas como campos de entrenamiento» y cambió el nombre del Pentágono a «Departamento de Guerra», aunque el Congreso aún no lo aprueba.
Hegseth anunció una nueva «cultura guerrera», endureciendo normas militares, atacando la “corrección política” y defendiendo despidos de líderes militares, muchos de ellos mujeres y personas de color.
Críticas: Especialistas y exfuncionarios denuncian uso político del Ejército y altos costos de una reunión que, según algunos, fue más propaganda que estrategia real.
Trump justificó el gasto: “Preferimos gastarlo en balas y misiles”.
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