
El exdirector del FBI, James Comey, fue acusado este jueves de declaración falsa y obstrucción, en un proceso penal que lo convierte en el primer exalto funcionario en enfrentar cargos relacionados con la investigación ua concluida sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
La imputación llega apenas días después de que el presidente Donald Trump sugiriera públicamente a su secretaria de Justicia, Pam Bondi, que procesara a Comey y a otros personajes a quienes considera rivales políticos.
“No podemos demorarnos más, está destruyendo nuestra reputación y credibilidad. Me destituyeron dos veces y me imputaron (¡cinco veces!), ¡POR NADA! ¡¡¡HAY QUE HACER JUSTICIA YA!!!”, escribió Trump el pasado 20 de septiembre.
De acuerdo con el acta presentada, los dos cargos se refieren a un supuesto falso testimonio ante el Congreso hace cinco años y a la obstrucción de un proceso penal.
En un comunicado difundido antes de la imputación y sin mencionar su nombre, Bondi escribió en redes sociales que la acusación formal “refleja el compromiso del Departamento de Justicia de responsabilizar a quienes abusan de posiciones de poder por engañar al pueblo estadounidense. Seguiremos de cerca los hechos en este caso”.
Rival de Trump
Comey ha sido durante años uno de los rostros más cuestionados por Trump y sus partidarios, quienes califican la investigación rusa de “engaño” y “cacería de brujas”. Sin embargo, múltiples revisiones oficiales han concluido que Moscú sí intervino en favor de la campaña republicana en 2016.
El exdirector del FBI fue despedido en 2017 y desde entonces se convirtió en un crítico férreo de Trump, llegando a llamarlo “poco ético” y “desvinculado de la verdad”.
Por su parte, el presidente declaró este mismo jueves a periodistas que creía que podría “involucrarse” si quisiera y que el ex director del FBI es una “mala persona”.
“Creo que podría involucrarme si quisiera, pero la verdad es que no lo hago”, dijo Trump. “Solo puedo decir que Comey es una mala persona. Es un enfermo”.