
Líderes y mandatarios han pedido la refundación de organismos tan importantes como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De hecho, algunos ya han iniciado acciones contra esos organismos. Por ejemplo, el presidente Donald Trump firmó en enero la retirada de Estados Unidos de la OMS, alegando que su país recibe poco para lo mucho que le aporta a ese organismo. En su primer mandato también hizo lo mismo, pero esa decisión luego fue revocada por su sucesor, Joe Biden. Dentro de un año, se hará efectiva la retirada de EE.UU.
Por cierto, en su discurso ante la Asamblea General, el mismo Trump afirmó que la ONU no soluciona problemas, sino que crea otros nuevos, ya que fomenta la inmigración ilegal. También vituperó a sus socios de la OTAN -y a otros países asiáticos- por seguir comprándole energía a Rusia. Dice que estas compras apoyan a Rusia.
Precisamente por la guerra arancelaria desatada por Trump fue que su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió refundar a la OMC. En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Lula propuso frenar las medidas “unilaterales” que amenazan el orden multilateral. Esas amenazas tienen que ver con la imposición de aranceles a productos de otros países hecha por Washington.
Y declaró ante el mundo: “Hoy, los ideales que inspiraron a los fundadores (de la ONU) están amenazados como nunca antes en toda su historia; el multilateralismo está frente a una nueva encrucijada”. De este modo, diplomáticamente, criticó a Estados Unidos sin mencionarlo.
La OEA también han estado en tela de juicio por sus actuaciones históricas. Por ejemplo, algunos medios de comunicación e historiadores han pedido que pida perdón por sus errores del pasado, incluyendo su cuestionada actitud durante la Revolución de Abril de 1965. Se le acusa, además, de bendecir y justificar golpes de Estado en América Latina, bajo la influencia absoluta de Estados Unidos.
Justamente por ello, un numeroso grupo de países fundó, en el 2010, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en oposición a la cuestionada OEA, como alternativa de integración, dejando fuera a Estados Unidos.
Desde que volvió a la Casa Blanca en enero pasado, el mismo Trump ha disparado contra la OTAN bajo el alegato de que Europa tiene que aportar más recursos para sostener la guerra de Ucrania.
En ese foro mundial, hizo una advertencia resonante: “En caso de que Rusia no esté dispuesta a llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra, Estados Unidos está totalmente preparado para imponer una ronda muy fuerte de aranceles poderosos”. Por cierto, apuntó que los países europeos tendrán que asumir los nuevos aranceles contra la nación rusa, para que esas medidas puedan ser efectivas.